Visita oficial a España

El FMI critica que Sánchez malgaste la «oportunidad de reducir la deuda» con ingresos récord por impuestos

FMI, deuda pública, Pedro Sánchez
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) critica duramente al Gobierno de Pedro Sánchez por malgastar la oportunidad del crecimiento de la economía en 2023 y el récord de recaudación por impuestos para reducir el déficit y la deuda públicos. En las conclusiones de su última visita a España también eleva su previsión de crecimiento del PIB para este año al 1,9%, pero mantiene la de 2025 en el 2,1%.

«La mejora resultante de la balanza fiscal, sumada a la inflación y al crecimiento económico, redujo la ratio de deuda pública. Sin embargo, con un nivel por encima del 107% del PIB, la deuda continúa siendo elevada y el espacio fiscal es limitado», sostiene el FMI. Y añade: «A medio plazo, a medida que el crecimiento se modere, la inflación se normalice y el auge de ingresos fiscales se atenúe, el déficit fiscal y la deuda pública se estabilizarían en torno a 3% y 104% del PIB, respectivamente, en ausencia de medidas adicionales de consolidación [es decir, de recorte de gasto]».

El informe del FMI añade: «De cara al futuro, se necesita un programa de consolidación plurianual para mantener la deuda en una trayectoria descendente clara y reconstruir el espacio fiscal. El hecho de que la economía esté funcionando prácticamente a plena capacidad y se esté beneficiando de las transferencias no reembolsables de los fondos NGEU justifica una orientación fiscal restrictiva sostenida, con el fin de restablecer la capacidad de la política fiscal para responder adecuadamente a futuras crisis y reducir la elevada deuda a medio plazo».

Sin embargo, el organismo no se muestra demasiado optimista sobre la voluntad del Gobierno socialista de reducir el gasto público, debido a su debilidad y a la dependencia de sus numerosos socios: «La prolongación de la fragmentación política interna podría obstaculizar la implementación de reformas estructurales y la consolidación de las cuentas fiscales, lo que eventualmente podría terminar empeorando la confianza empresarial, la inversión y el crecimiento, sobre todo si las condiciones financieras se endurecieran».

Impuestos extraordinarios

Por ello, «el personal técnico recomienda una reducción acumulada del déficit primario estructural de tres puntos porcentuales del PIB en 2024-2028, lograda mediante un ajuste fiscal anual promedio de alrededor de 0,6 puntos porcentuales». A su juicio, en 2024 España cumplirá las reglas fiscales de la UE gracias a los impuestos a la banca y las energéticas, así como a la retirada de las rebajas fiscales de la energía. «Sin embargo, será necesario mantener este ritmo de consolidación en los años siguientes, lo cual requiere medidas suplementarias de carácter más estructural», insiste. 

Respecto a los citados tributos, se alinea con las tesis de las empresas de que no debe aplicarse sobre los ingresos sino sobre los beneficios extraordinarios: «En caso de que las autoridades decidan convertir los gravámenes temporales sobre las ganancias extraordinarias de las entidades bancarias y de las empresas del sector energético en impuestos permanentes, sus bases deberían ajustarse en función de una definición más clara de ganancias extraordinarias para minimizar sus efectos distorsivos, y se podrían rediseñar para la consecución de otros objetivos clave de política».

Además, alerta del incremento del gasto futuro derivado del envejecimiento de la población, al que el Ejecutivo no podrá hacer frente sin recortar otros gastos: «Se prevé asimismo que el creciente gasto vinculado al envejecimiento de la población generará fuertes presiones adicionales sobre las finanzas públicas en el curso de la próxima década».

Crecimiento e inflación

La mejora de previsiones de crecimiento se basa en que «un aumento moderado del ingreso real y una normalización paulatina de la tasa de ahorro de los hogares deberían apuntalar el crecimiento del consumo, en tanto que los desembolsos de las transferencias no reembolsables de los fondos Next Generation EU (NGEU) y la relajación de las condiciones financieras deberían producir cierto repunte de la inversión privada».

Respecto a la inflación, espera que se siga moderando por la reducción de los precios internacionales de la energía y la contención de las presiones salariales, si bien alerta de repuntes puntuales derivados de la retirada de las medidas por la crisis energética -como ocurrió en marzo, tal como se ha publicado este viernes-. Asimismo, no espera que la inflación española se acerque al objetivo del 2% del BCE hasta mediados de 2025.

Por último, cree que «los riesgos para las perspectivas están ahora más equilibrados, pero siguen inclinándose a la baja del lado del crecimiento y al alza del lado de la inflación».

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