Las familias buscan ingresos: sacan 5.000 millones del banco y destinan 4.000 a comprar deuda
Las familias buscan ingresos ante el alza de la inflación y la falta de remuneración de los depósitos por parte de la gran banca española. En el último mes del que hay datos, febrero, los españoles sacaron 5.000 millones del banco y dedicaron 4.000 a comprar letras y bonos del Tesoro, deuda pública, cuya remuneración es del 3%.
De acuerdo con los datos del Banco de España, en febrero los ciudadanos sacaron de sus cuentas corrientes 5.000 millones de euros, hasta situar la cifra total de depósitos en 982.800 millones. En ese mes, según el Tesoro, los inversores españoles elevaron en casi 4.000 millones sus compras de deuda nacional. A cierre de ese mes, los ciudadanos acumulaban 7.613 millones de euros en este tipo de productos, más de un 10% del total.
También aumentó su posición en deuda nacional a corto plazo la banca española, que está incrementando los productos basados en letras y bonos que ofrecen a sus clientes más conservadores. Su negativa a remunerar los depósitos les ha llevado a vender esta otra opción a los clientes que no quieren riesgos y prefieren esperar a que suban el tipo de interés que pagan por los depósitos.
En cambio, los inversores internacionales han reducido su peso en este tipo de productos en particular del 54% al 43%. Sobre el conjunto total de la deuda -bonos a 10 años y otros productos a más largo plazo- se mantienen en el 40%. Las familias españolas también han ampliado hasta casi 9.200 millones de euros la cifra total de deuda nacional que tienen en su poder.
Consumo
Las familias buscan conseguir unos ingresos extra ante la negativa de la banca a pagar por los depósitos y el alza de la inflación. Lo sacan del banco y lo invierten en deuda, pero no han dedicado el dinero a consumir más. Al menos así lo reflejan los datos de consumo interno. El gasto de las familias desciende y lastra el PIB, que ha subido un 0,5% en el primer trimestre por el alza de las exportaciones fundamentalmente.
Los ingresos de las empresas están creciendo pero por debajo de lo que lo hace la inflación, lo que muestra también que el consumo no es el destino de los fondos que sacan las familias del banco. Tampoco crece el crédito para el consumo, para la compra de automóviles o viviendas.