El expresidente de ONO: Vodafone pagó 60 millones a Hacienda para regularizar «problemas inexistentes»

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Establecimiento de Vodafone (Foto: GETTY).

El expresidente de ONO José María Castellano ha defendido hoy su gestión al frente de la compañía y ha criticado el pacto por el que Vodafone, que adquirió la sociedad en 2014, pagó casi 60 millones de euros a Hacienda al regularizar «problemas que no había» y de los que no existía prueba alguna.

Durante casi dos horas, el que fuera además presidente de Novagalicia Banco ha señalado que sólo conoció de la supuesta existencia de una trama defraudatoria vinculada al área de reventas internacionales de voz en abril de 2014, cuando la Agencia Tributaria, en una inspección rutinaria, le comunicó que cuatro proveedores de ONO habían incumplido sus obligaciones fiscales.

Unas sospechas de las que, ha dicho, Hacienda carecía de pruebas y que los propios gestores de la compañía investigaron, llegando a contratar un detective privado y concluyendo que todos habían pagado las correspondientes cuotas del IVA, como obraba en los certificados que expidieron al fisco.

Demandado por la multinacional británica junto a otros dos ex altos cargos de ONO por su presunta responsabilidad en el fraude del IVA por parte de varios de sus proveedores, Castellano ha indicado que el acta de conformidad con Hacienda «no debió haberse pagado nunca», y ha explicado que ofreció una alternativa desatendida por Vodafone, que «no contó para nada» con él.

Además, ha recordado que sus funciones se vieron mermadas por la enfermedad que le diagnosticaron meses antes, y ha sostenido que ONO «nunca tuvo nada que ocultar» ya que incluso días antes de que se consolidara la venta, en julio de 2014, informaron a Vodafone de la reunión que la consejera delegada, Rosalía Portela, mantuvo con los asesores legales.

En aquel encuentro, ha asegurado Portela, el nuevo equipo asesor les trasladó su preocupación por lo que consideraban un tema «muy complejo y complicado, difícil de demostrar», en alusión a la posible vinculación de la compañía en el supuesto fraude, lo que podía derivar en un «largo litigio» contra los gestores como responsables secundarios.

«Siempre he pensado que ONO fue víctima de la situación, era algo ajeno pero que nos afectaba de manera desagradable», ha lamentado la ex consejera delegada, que ha calificado de «kafkiano» uno de los últimos encuentros con la Agencia Tributaria, cuando los inspectores mostraron sus reticencias por la posible connivencia de algunos empleados de la compañía con la trama.

Las dudas recaían en los comerciales de reventas, que apenas un mes antes habían abandonado la firma renunciando a importantes indemnizaciones, circunstancia que también alertó a la antigua cúpula pero que no denunciaron al no disponer de fundamentos.

«Hacienda dijo tener pruebas de que uno de ellos había aceptado un reloj. Si aceptaba regalos estaba incumpliendo con las normas éticas de la compañía», ha dicho Portela, que ha asegurado que ésta fue «la única información concreta de mala práctica» que recibió.

Como hiciera Castellano en su intervención, se ha desmarcado de la «inadecuada gestión» que le achaca la demanda de Vodafone, según la cual éstos incumplieron sus funciones de control y presionaron al área de reventas internacionales para que aumentasen los ingresos «a cualquier precio», para cobrar su bonus.

Debido a lo profuso de los interrogatorios, el titular del juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid ha programado una nueva sesión para mañana, jornada en la que comparecerá el ex director financiero de ONO, Carlos Sagasta, así como los primeros testigos.

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