Los expertos desmontan las críticas de la izquierda a que el agua cotice en Wall Street
El agua comenzó a cotizar esta semana en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street despertando las críticas del sector de la izquierda española. Los detractores de este mecanismo financiero alegan que se abre la puerta a la especulación de un bien básico y que podría distorsionar el precio real o justo del agua. Frente a estas críticas, los analistas financieros explican que la cotización de los futuros del agua pondrá fin a un posible incremento de precios y a la incertidumbre que supone la escasez de agua. También aportará transparencia en la negociación entre los agricultores y los propietarios de acuíferos o manantiales, y se traducirá en una mejor gestión los recursos hídricos gracias a que los excedentes se comercializarán en el mercado.
«La medida beneficia a los agricultores de California que necesiten millones de litros de agua para sus cosechas; por tanto, al tener la disponibilidad del futuro podrían negociar el precio de cara a los próximos meses, evitando así un posible encarecimiento del agua para su regadío. Además, puede ayudar a gestionar el agua de forma eficiente ya que garantiza la posibilidad de tener agua y que llegue a aquellas zonas que lo necesiten, debido a los periodos de mayor sequía», explica Diego Morín, analista de mercados de IG Markets.
La transparencia en la negociación es otro de los elementos fundamentales que aporta el nuevo futuro del agua que solo afecta a los acuíferos de California -referenciado al índice Nasdaq Veles California Water Index (NQH2O)-. «Tanto los compradores – agricultores-, como vendedores -propietarios de acuíferos y manantiales u otros agricultores con excedente de agua- pueden protegerse ante eventualidades climáticas o de distorsión entre la oferta y la demanda de este mercado. Permite una mayor transparencia en la compra y en la venta de los volúmenes cúbicos de agua, y, desde luego, una mayor transparencia se traduce en una mejora de la gestión de esta materia prima», dice Darío García, analista de XTB.
Pero hay más. A pesar de que muchos se han llevado las manos a la cabeza tras conocer que los futuros del agua cotizan en Bolsa, lo cierto es la negociación del precio del agua es una práctica habitual en Estados Unidos. «La cotización de los futuros del agua no pilla por sorpresa porque desde hace muchos años, cinco de las mayores regiones de California negociaban los precios de arrendamiento del agua, donde existen periodos de escasez de la materia prima debido a los fuertes periodos de sequía existentes, y cuyo objetivo es conseguir un uso más eficiente del agua, especialmente con el abastecimiento a ciudades cómo Los Ángeles», recuerdan desde IG Markets. Tampoco hay que olvidar que se comercia con el agua en muchas partes del mundo, solo es necesario comprobar la factura del agua de cada mes…
Soja, leche o naranjas
El agua no es ni mucho menos el primer bien de primera necesidad que cotiza en Bolsa. Los mercados de futuros cuentan con otros alimentos como trigo, soja, leche, maíz, el arroz, las naranjas, e incluso el zumo de naranja, entre otros.
«En la era de la preocupación por el cambio climático tendría sentido que el agua comience a cotizar, de la misma manera en la que ya lo hacen otros bienes como el petróleo o los metales preciosos», recuerdan los analistas de Investing.com. Los futuros de agua se pueden comprar o vender igual que se hace con el trigo o el petróleo, aunque sin obtener el bien como sí que ocurre con otros elementos.
Cómo funcionan los mercados de futuros
Los mercados de futuros de materias primas nacieron con el principal objetivo de cubrir y proteger eventualidades adversas sobre las cosechas con futuros sobre la agricultura, como por ejemplo el maíz, el trigo, el algodón, o la soja entre otros. Según explican los expertos de XTB, si el mercado espera que haya un buen clima en una temporada de cosecha y por tanto que haya mucha producción, los agricultores podrán adoptar una posición de bajada de precios a través de la venta de futuros por un nominal equivalente aquella parte de su cosecha que crean que no vayan a vender porque el exceso de oferta les impida vender el 100% de su producción.
Así como el evento contrario, si las malas perspectivas meteorológicas hacen que la cosecha sea menor, los agricultores querrán proteger la venta de 100% de su cosecha ante una demanda que normalmente suele ser muy poco elástica y no puedan aún vendiendo el 100% de la cosecha cubrir el 100% de los gastos asociados a su producción.
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