Este es el cambio por ley que tendrán que hacer las bodegas en el etiquetado de los vinos
Una nueva normativa que afectará al etiquetado de los vinos
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El vino es una de las bebidas más antiguas y valoradas del mundo. Su elaboración, consumo y cultura forman parte de la historia y la identidad de muchos países, especialmente de España, que es el primer viñedo del mundo.
Sin embargo, el vino también está sujeto a cambios y regulaciones que afectan a su producción y comercialización. Uno de los más recientes y controvertidos es la nueva normativa de la Unión Europea sobre el etiquetado de los vinos, que entró en vigor el pasado mes de diciembre de 2023.
La polémica ley que va a cambiar para siempre los vinos
La nueva normativa de la Unión Europea obliga a los vinos y vinos aromatizados a indicar en su etiquetado la lista de ingredientes y la información nutricional. Estos datos pueden facilitarse de forma física o electrónica, mediante un código QR o un enlace web. La información sobre alergias, intolerancias y energía debe imprimirse directamente en la etiqueta, mientras que la información sobre ingredientes y nutrición puede proporcionarse de forma digital.
La normativa tiene como objetivo mejorar la transparencia y la información al consumidor, así como armonizar las reglas para todos los países miembros. Hasta ahora, los vinos, como el resto de las bebidas alcohólicas, no tenían la obligación de incluir estos datos en su etiquetado, a diferencia de otros alimentos y bebidas.
¿Qué ventajas y desventajas tiene la nueva normativa?
La nueva normativa ha generado opiniones encontradas entre los diferentes actores del sector vitivinícola. Por un lado, algunos productores y consumidores ven la medida como una oportunidad para diferenciar y valorar la calidad y la diversidad de los vinos, así como para fomentar una mayor conciencia y responsabilidad sobre el consumo de alcohol. Además, el uso de códigos QR o enlaces web permite ofrecer una información más completa y actualizada, sin ocupar espacio en la etiqueta ni alterar el diseño del producto.
Por otro lado, otros productores y consumidores consideran la medida como una imposición innecesaria y perjudicial, que puede afectar a la imagen y la reputación de los vinos, así como a su competitividad y rentabilidad. Además, el uso de códigos QR o enlaces web plantea problemas de accesibilidad y privacidad, ya que requiere de un dispositivo móvil y una conexión a internet para acceder a la información, y puede suponer un rastreo o una recogida de datos personales de los usuarios.
Entre los críticos de la nueva normativa se encuentra la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha expresado su desacuerdo con la forma en la que se ha resuelto el etiquetado de los vinos. La OCU considera que la información debe estar disponible de forma directa y visible en la etiqueta, sin necesidad de recurrir a medios electrónicos que excluyen a una parte de la población. Asimismo, la OCU defiende que la transparencia debe ser la prioridad a la hora de informar a los consumidores, y que el etiquetado debe incorporar todos los elementos necesarios para que puedan escoger un producto de forma informada y consciente.
¿Qué información debe incluir el etiquetado de los vinos?
Según el Reglamento 1169/2011, que es la norma que regula el etiquetado de los alimentos en la Unión Europea, el etiquetado de los vinos debe incluir las siguientes informaciones obligatorias:
- La denominación del producto: el nombre del vino, que puede ser una denominación de origen protegida (DOP), una indicación geográfica protegida (IGP), una variedad de uva, un tipo de vino, etc.
- El contenido neto: la cantidad de vino que contiene el envase, expresada en mililitros o litros.
- La lista de ingredientes: los componentes que se han utilizado para elaborar el vino, como las uvas, el azúcar, los sulfitos, los aromas, etc. Los ingredientes deben ordenarse de mayor a menor proporción.
- La información nutricional: los valores medios de energía, grasas, ácidos grasos saturados, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal que contiene el vino por 100 mililitros o por porción. También se puede incluir la cantidad de alcohol por 100 mililitros o por porción.
- La indicación de las sustancias alergénicas: las sustancias o productos que pueden causar alergias o intolerancias a algunas personas, como los sulfitos, el gluten, la leche, los huevos, etc. Estas sustancias deben destacarse en la lista de ingredientes con una tipografía diferente o entre paréntesis.
- La fecha de consumo: la fecha hasta la cual se garantiza la calidad óptima del vino, que puede ser una fecha de caducidad o una fecha de consumo preferente. La fecha debe ir precedida de las palabras “consumir preferentemente antes de” o “consumir preferentemente antes del fin de”.
¿Qué pasa con la cerveza y las bebidas espirituosas?
La nueva normativa sobre el etiquetado de los vinos no afecta a la cerveza ni a las bebidas espirituosas, que siguen estando exentas de incluir la lista de ingredientes y la información nutricional en su etiquetado. Sin embargo, algunos productores de estas bebidas han decidido aplicar la normativa de forma voluntaria, como una forma de adaptarse a las demandas y expectativas de los consumidores, que cada vez son más exigentes y conscientes sobre lo que beben.
Es el caso de Pernod Ricard, una de las mayores empresas de bebidas espirituosas del mundo, que de hecho y a través del código QR ya incluye la información nutricional sobre los ingredientes en sus productos.