Coyuntura económica

España: ¡Camino de la servidumbre!

coronavirus
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso el pasado 18 de marzo. (Foto: EFE)

“Cuando la autoridad se presenta con la apariencia de organización, muestra un encanto tan fascinador que puede convertir las comunidades de gentes libres en Estados totalitarios”, Friedrich August von Hayek.

Estos días de confinamiento me he propuesto hacer uso de mi biblioteca personal para tratar de reflexionar, y entender mejor la situación que vivimos. Recordar y analizar el pasado es una de las grandes fascinaciones de la literatura. El primer libro que he recuperado es la gran obra de Mr. Hayek: ‘Camino de servidumbre’. Obviamente no ha sido una elección al azar, he tratado de entender en Hayek las múltiples comparecencias y decisiones del Gobierno de Pedro Sánchez.

Es bien sabido por los amantes de la historia que el ser humano siempre ha luchado por dos principios; ¡la libertad y el poder! Claramente dos rasgos que nos diferencian a lo largo de las civilizaciones. Nuestra libertad termina allá donde comienza el poder; algo que me queda más que claro al escuchar en boca de nuestros flojos políticos la enorme blasfemia de que “los ciudadanos se están comportando bien”.

Como si fueran ajenos a la sociedad, o quizás siendo fieles a aquél dogma de “digo lo que pienso”, las ‘autoridades’ hacen uso del miedo social para ostentar más y más poder. Cierto es, que es un poder regido por la constitución, pero si eso es así se debe principalmente a la evolución histórica de la libertad y su concepción democrática. Por este motivo he escogido ‘Camino de servidumbre’, puesto que como su propio nombre indica, el miedo es el principal camino para hacer más fuerte a la “autoridad” y por ende, ser servidumbre.

Durante el fin de semana hemos asistido a una nueva edición de ‘Aló presidente’, lo que parece ya una costumbre con ese discurso chabacanero y adornado bajo palabras lapidarias (véase transformación digital, transición ecológica, plan Marshall o bonos de la recuperación), no son sino una ordinaria cortina de humo para soltar la ‘gran bomba’. Las empresas estamos obligadas a pagar el salario de los trabajadores y a darles fiesta durante 8 días laborales. ¡Gran idea la de aprovechar Semana Santa!, unos días menos, ¿no?…

Respecto a la paupérrima gestión de los test del COVID-19, así como a la falta de anticipación, sinceramente no tengo nada que decir, ¿acaso le importa a alguien? Como titulaba el británico ‘The Guardian’; el mero hecho de que la misma persona que comparecía en los medios de comunicación negando lo evidente y afirmando que el COVID19 afectaría pasajeramente a España, esté compareciendo actualmente anunciando cientos, sino miles de muertos por día… es un clarísimo manifiesto del desastre de este gobierno ante esta dolorosa crisis.

La autoridad, buscando una utópica justicia social y basándose en el principio de que “el fin justifica los medios”, provoca la negación de toda la moralidad en cuanto a que la ética individual y la ética colectivista llega a ser la norma suprema. Lo que es bueno para todos ahora es moral, y el individualismo ¡es egoísta!

El miedo al Dios supremo hizo de la etapa medieval la Era más pobre y menos libre de la historia de las civilizaciones, hasta la revolución francesa. La libertad no es sino el incentivo a la creatividad empresarial, esa que yo tanto amo. La libertad nos empuja a superarnos como especie y ¡ojo! no lo hacemos por amor al arte, lo hacemos por el incentivo, ya sea moral o económico. Y obviamente, dicho esto estoy totalmente en contra de todo intervencionismo del señor Estado.

¿A dónde están las medidas del Estado en favor de la iniciativa privada? Si lo único que podemos esperar de este gobierno es una actuación reactiva y chapucera sobre la crisis sanitaria y social, por lo tanto ¿qué podemos esperar de la crisis económica? Avales a las empresas para que podamos pagar a crédito los impuestos, y congelación de los gastos básicos para que podamos aguantar unos pocos meses… ¿Y después?

No es achacable a Europa, ni por supuesto responsable. Fomentar el ‘antieuropeismo’ como intentan para buscar un títere al que culpar, me parece de un nivel de irresponsabilidad sinigual. Sr. Sánchez, sin Europa (a través del BCE) el bono español cotizaría al 7,5% y sus medidas de avales serían inútiles, a ver si se entera. Que la irresponsabilidad presupuestaria de Italia y España se convierta en antieuropeismo, me parece del todo ridículo.

¿Acaso pretendemos arrastrar lo bueno de Europa a nuestra incompetencia presupuestaria? Gracias deberíamos dar a Alemania que el Banco central permita que nos financiamos en los mercados.

En lugar de buscar un títere al que desviar la atención, atienda a sus funciones Sr. Presidente y sirva al pueblo como se merece ¡que falta le hace! La crisis económica no se soluciona con ERTE y avales, necesitamos apuntalar a nuestros autónomos con suma urgencia y dotar de liquidez a las PYMES, no mediante créditos, sino mediante diferimiento de impuestos, y de ese modo dejar que sea la iniciativa privada y no el gobierno quien tome las decisiones para salvar el pan de cada uno, ¿no creen?

En un pasado no muy lejano fue la sumisión al mercado lo que hizo posible el desarrollo de la civilización. Es esta sumisión lo que nos permite a todos construir algo que es mayor que lo que cada uno de nosotros pudiera construir per se. Se equivocan terriblemente los que creen que podemos ayudar a dominar las fuerzas de la sociedad de la misma forma que hemos aprendido a dominar las fuerzas de la naturaleza.

Esto no sólo es el camino hacia el totalitarismo, sino también el camino hacia la destrucción de nuestra actual civilización, y ciertamente considero que ésta es la mejor manera de bloquear el progreso y nuestras libertades, algo que por desgracia parece ser el planeado futuro, al menos de corto plazo para nuestra luchadora sociedad.

De ahí que hoy más que nunca comprenda que cuando la autoridad se presenta con la apariencia de organización, muestre un encanto tan fascinador que pueda convertir las comunidades de gentes libres en Estados totalitarios, pero me resigno a que seamos así.

Gisela Turazzini
CEO, Blackbird Bank

Lo último en Economía

Últimas noticias