GAS NATURAL

Enagás cierra el día 30 la recepción de ofertas para asignar el uso de la regasificadora de El Musel

Entre el final de mes y el 6 de julio llega el primer barco para la prueba de 'puesta en frío', previa al inicio de operaciones

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Enagás El Musel prueba

El próximo día 30 de junio, Enagás cierra el plazo de recepción de ofertas para asignar la capacidad de almacenaje y tratamiento de su regasificadora asturiana de El Musel, tal y como ha conocido en exclusiva OKDIARIO. El proceso, abierto el pasado día 6, supondrá el penúltimo escalón de un largo periplo que debe desembocar en la puesta en marcha definitiva de la planta. El procedimiento, conocido como open seasons, permitirá a la compañía que dirige Arturo Gonzalo (consejero delegado) adjudicar el operador que utilizará su capacidad de almacenamiento.

En paralelo, mientras se ultima la puesta a punto de las instalaciones, se prevé que entre finales de este mes y el próximo 6 de julio, llegue al puerto de El Musel (Gijón) el primer buque metanero que permitirá probar la puesta a punto definitiva o ‘puesta en frío’ de la planta. En ese momento, la regasificadora estará preparada para iniciar sus operaciones.

Antes de sacar al mercado su capacidad, Enagás realizó un proceso de recepción de ofertas no vinculantes para determinar cuál era el interés real del mercado por esta instalación. Después de realizar la selección de propuestas que cumplían los requerimientos de la empresa, la lista final estaba formada por 16 empresas dispuestas a asumir hasta la totalidad de la capacidad de El Musel.

Hay que tener en cuenta que la planta de regasificación cuenta con una capacidad de 300.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL) distribuida en dos tanques de 150.000 metros cúbicos cada uno. La terminal de atraque está diseñada para acoger a los buques metaneros más grandes que se utilizan en la actualidad, los llamados QMAX, de hasta 266.000 metros cúbicos cada uno.

La terminal permite la descarga de buques de gas natural licuado (GNL) procedentes de diversos países productores y la recarga rápida de barcos hacia diferentes destinos europeos.

La regasificadora gijonesa fue construida hace más de una década aunque múltiples problemas judiciales, una fuerte oposición por parte de los grupos ecologistas y una débil demanda dejaron la planta construida, pero no operativa. La crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania ha mostrado la importancia de contar con buenas infraestructuras de almacenamiento y logística como El Musel. De hecho, la puesta en marcha de la terminal forma parte del Plan Más Seguridad Energética aprobado por Gobierno en octubre de 2022, para reforzar la seguridad de suministro energético europeo.

La inversión estaba hecha y, pese a no estar conectada a la red gasística española que gestiona Enagás puede contribuir a su amortización. Antes, ha habido que obtener varias autorizaciones de la Dirección General de Política Energética y Minas, englobada dentro del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico que encabeza Teresa Ribera.

Primero, la del proyecto de ejecución de las instalaciones de la planta (junio de 2022) y, un año después, (junio de 2023), las condiciones técnicas para la prestación de servicios logísticos en la planta. En medio, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) otorgó (febrero de 2023) la aprobación del régimen económico singular para el uso logístico de El Musel. Eso por no hablar del acta de puesta en servicio que aprobó antes el Área de Industria y Energía de la Delegación del Gobierno en Asturias o la licencia municipal del Ayuntamiento de Gijón.

‘Puesta en frío’

Hasta que se produzca la adjudicación de la capacidad de la planta a sus primeros clientes, Enagás tiene previsto que El Musel esté preparado para realizar una primera operación de descarga que, según lo anunciado, se realizará entre el 30 de junio y el 6 de julio próximos.

La prueba supondrá la llegada de un gran metanero a la terminal portuaria que se encargará de realizar una primera descarga de hasta 160.000 metros cúbicos de GNL, equivalente a algo más de un gigavatio de potencia. Las propias condiciones del pantalán hacen que el barco que llegue a las costas gijonesas sea inferior a los 200.000 metros cúbicos de capacidad.

La cantidad de gas a trasegar pondrá a prueba, pues, los dos depósitos de El Musel y el conjunto de las instalaciones que, para ello, deberán adecuar su temperatura a la del propio combustible. El GNL es gas natural que ha sido procesado para ser transportado en forma líquida y, para ello, el gas debe ser sometido, transportado y manejado a una temperatura de 161 grados bajo cero.

Según lo previsto por la operadora de la infraestructura gasística española, la descarga de 140.000 metros cúbicos de GNL tendrá una duración cercana a los tres días; mientras que descargar 160.000 metros cúbicos de gas natural licuado conllevará un trabajo de 90 horas.

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