La difícil elección del precio final de un producto

Precios
Apostar por precios bajos puede situar a la empresa como marca de bajo valor añadido y ahuyentar clientes (Foto: GETTY).

Decidir el precio de un producto es uno de los problemas más complejos a los que debe enfrentarse un emprendedor. Hay quien cree que, para empezar, siempre es mejor colocar un precio bajo para así poder llegar de forma rápida a un número de público mayor. Ahora bien, puede ser un error. Un precio más bajo supone reducir de forma importante el margen y que, por lo tanto, para conseguir los beneficios esperados sea necesario vender mucha más cantidad.

Del mismo modo, apostar por precios bajos puede situar a la empresa como marca de bajo valor añadido y ahuyentar así a los clientes, que dudan de la calidad del producto. Una vez llegados a este punto, ¿qué estrategias de precios existen?

Descremado de precio

Consiste en marcar, en un principio, un precio superior al de la competencia o al que estarían dispuestos a pagar una parte de los clientes objetivo. De esa forma, en el momento del lanzamiento, adquieren el producto aquellas personas que están muy interesadas en él.

Al haber un margen mayor, se puede permitir tener unas ventas más bajas. Después, en un plazo de tiempo determinado (cuando ya no se consiguen incorporar nuevos consumidores) se baja el precio para hacer posible que un abanico mayor de consumidores lo puedan adquirir.

Precios de penetración

Consiste en marcar unos precios más bajos que los de la competencia para conseguir, de una forma muy rápida, el máximo de cuota de mercado posible. Como se ha comentado en la introducción, no siempre es recomendable. Una compañía puede permitírselo en los supuestos siguientes:

– Si goza de una situación financiera sólida, de forma que puede estar, durante un tiempo, sin conseguir unos beneficios elevados.

– Si se quiere entrar en un mercado amplio y con una demanda muy elástica al precio: en caso que, en un mercado, sus consumidores tengan el precio como variable clave para la elección,  en caso de bajarlo respecto la competencia, la huída de clientes compensará el hecho de haber marcado un precio inferior.

Marcar un precio de prestigio

Se puede hacer en aquellos mercados enfocados de forma especial al sector del lujo. Hay consumidores que, al comprar, buscan exclusividad. Es decir, que solamente ellos puedan adquirir aquel determinado producto, de forma que, así, se pueden sentir diferentes (y hasta superiores) a los demás. Aunque el público objetivo es más pequeño, el margen por producto es muy grande y con una sola venta ya se obtienen unos altos beneficios.

Colocarse a igual nivel de la competencia

En este caso, la empresa decide situar el mismo precio que sus competidores en el mercado. En este caso, pues, la diferenciación vendrá marcada por:

– La propia marca: si la empresa ya tiene otros productos y es reconocida, esta imagen facilita que los consumidores confíen en ella. Ahora bien, si es la primera vez que se emprende, entonces el departamento de marketing debe realizar un ingente trabajo en posicionamiento y reconocimiento de marca ya que, si no se ofrece nada diferente, difícilmente el consumidor cambiará de decisión.

– Destacar un determinado atributo: ser capaz de ofrecer algún valor añadido respecto la competencia mediante destacar una característica concreta que solucione de forma específica la necesidad del consumidor.

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