¿Dejaremos en breve de pagar en efectivo?

Efectivo

¿Podrán convertirse las monedas y billetes en elementos del pasado en un futuro inmediato? Esta es una pregunta que se plantean muchos financieros ahora que la tecnología permite poder pagar prácticamente todo con diferentes dispositivos electrónicos.

De hecho y aquí en Europa, desde el arranque de 2016 Dinamarca permite que las tiendas se nieguen a aceptar el pago en efectivo y su Parlamento se ha marcado el objetivo de que el dinero físico desaparezca para 2030 pues a día de hoy, sólo el 25% de sus ciudadanos paga en cash frente al resto que lo hace mediante aplicaciones de su teléfono inteligente.

En Suecia han visto como el uso del efectivo viene disminuyendo un 40% desde 2009 por lo que el banco central sueco, a la sazón el más antiguo del mundo, quiere desarrollar una moneda digital que libre a sus ciudadanos de calderilla y billetes usados.

En España se anunciaba el pasado 1 de diciembre, la llegada de Apple Pay de la mano del Banco Santander. Una aplicación de la compañía de la manzana mordida que permite realizar pagos en tiendas físicas y ‘online’ con este sistema a través del Iphone, los Apple Watch, el iPad o los Mac.

Según explico la entidad presidida por Ana Botín, el servicio “se puede usar en el 75% de los comercios de España que ofrecen el pago con tarjeta sin contacto (contactless)”, en los que basta con acercar el ‘smartphone’ o el reloj de Apple al terminal TPV. Entre los comercios en los que los clientes del Santander podrán pagar a través de Apple Pay destacan los establecimientos del grupo VIPS, las gasolineras de Repsol, BP y Cepsa, los supermercados Lidl y Carrefour o las tiendas de Inditex o de Cortefiel, entre otras. En el caso de las compras ‘online’ a través de aplicaciones móviles o webs que admiten el pago con Apple Pay, el proceso “es tan sencillo como poner el dedo en el Touch ID, de modo que no es necesario iniciar sesión ni registrarse”.

Pero no vale sólo para pagos en comercios. Recientemente, las principales entidades en España aunaron fuerzas con el lanzamiento de Bizum, una aplicación para móvil que permite hacer pagos y cobros entre particulares. Pensado para pequeñas transacciones, estas se realizan de cuenta a cuenta, pero no es necesario conocer el número del depósito, sólo el número de teléfono.

Además, el escenario de tipos negativos motiva a los ciudadanos a sacar los ahorros del banco y guardar el dinero en su casa, algo muy difícil si el sistema monetario es completamente digital.

Lo cierto es que el dinero en efectivo arrastra el ‘estigma’ de ser utilizado para actividades ilícitas como la corrupción o incluso la financiación del terrorismo. Estos fueron los motivos, por ejemplo, que llevaron al BCE a anunciar que dejaría de emitir sus billetes de 500 euros, aunque descartó que el resto de denominaciones pudiese verse afectado por medidas similares.

En nuestro país se han limitado los pagos en efectivo a 1.000 euros frente a los 2.500 que antes se permitía para luchar contra el fraude fiscal. Sin embargo, los analistas de Deutsche Bank consideran “discutible” que una sociedad sin dinero “signifique menos delincuencia”. La economista del banco germano que firma el informe, Heike Mai, recuerda que el efectivo en circulación es tres veces mayor del que había en 2003. Mientras que los billetes más pequeños, como los de cinco, diez y 20 euros, se utilizan sobre todo para realizar pagos diarios, las denominaciones más altas, como las de 50 y 100 euros, se utilizan tanto para pagos como para tesorería.

“La evidencia disponible sugiere que las restricciones sobre el uso de dinero en efectivo probablemente reducirían la delincuencia, pero ciertamente no la eliminarían”, señala la experta. “También se usan otros medios de almacenar y transferir activos ilegales sin dejar muchas huellas, incluyendo el transporte de otros valores físicos (como los metales preciosos)”, recuerda, así como el uso de “identidades falsas” y las transferencias a través de proveedores online.

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