La cúpula de Mahou aterroriza y miente a sus trabajadores: «Sabemos quién habla con OKDIARIO»
La cúpula de la cervecera Mahou-San Miguel ha decidido aterrorizar a sus trabajadores amenazando con represalias tras las informaciones publicadas por OKDIARIO en la que se pone de manifiesto la poca capacidad de la compañía para afrontar una crisis de seguridad informática como la que se produjo a finales de la semana pasada.
Según han confirmado fuentes de la compañía, mandos intermedios han iniciado una campaña de difamación en la que aseguran que la dirección de Mahou–San Miguel ha contactado con OKDIARIO para conocer qué trabajadores hablan con periodistas y adoptar las medidas oportunas. Y lo peor de todo es que estos mandos intermedios han dicho a los empleados que este diario ha facilitado los nombres de sus fuentes, violando el secreto profesional.
“Hemos hablado con OKDIARIO y nos van a dar el nombre de la persona que ha filtrado toda la información”, es el mantra que se repite en las instalaciones de la empresa para aterrorizar a los empleados. Pero la realidad es bien distinta: nadie de la cúpula de Mahou–San Miguel ha preguntado a ningún responsable de OKDIARIO sobre la identidad de las fuentes y, en caso de que hubiera sido así, nunca lo habríamos facilitado.
Quizás en Mahou-San Miguel desconozcan que los periodistas contamos con el secreto profesional, algo que se lleva a rajatabla en OKDIARIO y que reconoce el derecho del periodista a no revelar toda la información, o la manera en que ha sido conseguida, para proteger a las fuentes, a sí mismo y a su ejercicio profesional.
La bomba
El ciberataque WannaCry, que afectó a 180 países y más de 230.000 ordenadores a nivel mundial, sacó a la luz las debilidades en materia de seguridad informática de muchas grandes empresas. Una de las que más problemas ha tenido en España es la cervecera Mahou que, en vez de reconocerlo, han preferido mantenerlo en secreto y, una vez se ha publicado en OKDIARIO, patalear y tratar de buscar al chivato, en vez de centras sus esfuerzos en mejorar su sistema informático y entonar el ‘mea culpa’.
El martes por la mañana, cuando los trabajadores de la cervecera volvieron a sus puestos de trabajo tras el puente de San Isidro se encontraron con unas pegatinas en sus ordenadores. Eran de tres colores, azules, rojas y naranjas. Las de color azul permitían al trabajador encender su computadora, aunque a primera hora de la mañana de poco les servía, pues no tenían acceso a internet.
Aquellos que tenían la pegatina roja directamente no podían encender sus equipos porque “está arreglándose”, mientras que los que tenían la pegatina de color naranja eran ordenadores infectados que aún no se estaban arreglando.
Tal es el caos en Mahou, que los altos cargos han elaborado un ranking de urgencia, en el que aquellos empleados con mayor necesidad de acceder a sus equipos estaban los primeros y, por tanto, serían sus ordenadores los primeros en arreglarse.
El ciberataque, de este modo, ha ampliado el puente de San Isidro para muchos empleados de la cervecera, toda vez que el pasado viernes, día en el que se produjo el ciberataque, Mahou obligó a sus empleados a apagar tanto el móvil como el ordenador para, posteriormente, enviarlos a casa. El motivo: era imposible trabajar.
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