La creación de empleo cae en términos reales en el tercer trimestre por primera vez desde 2013
La creación de empleo cayó por primera vez en términos homogéneos o reales entre julio y septiembre de este año por primera vez desde 2013, según los último datos de la Encuesta de Población Activa. Aunque, en términos brutos, la ocupación aumentó en 77.000 puestos de trabajo en dicho periodo, si se atiende a la serie desestacionalizada que publica el Instituto Nacional de Estadística, y que es la que permite hacer comparaciones válidas despejando la volatilidad consustancial a las distintas épocas del año, el empleo descendió un 0,06%.
Utilizando este método de medición, que es el apropiado y el que usan todas las instituciones, el paro subió un 0,34% durante el tercer trimestre, y sigue empujando la tasa española de desempleo a los niveles más altos de la Unión Europea, un 13,7%. Los datos de la EPA también arrojan otros hechos elocuentes. De los 77.000 nuevos empleos aflorados en el tercer trimestre del presente ejercicio, 52.000 son puestos de trabajos generados por el sector público, un 67,5% del total. Y es igualmente desoladora la cifra de los autónomos, que han caído en un número de 31.000.
Según el modelo perseguido por la reforma laboral impulsada por la vicepresidenta Yolanda Díaz y aprobada por el Parlamento, los contratos indefinidos aumentan en 444.000 personas y los temporales bajan en 340.000, pero sube de manera extraordinaria la figura de los fijos discontinuos, que no se contabilizan como desempleados durante el tiempo en el que están inactivos. Los contratos parciales a tiempo completo suben en 274.000 mientras bajan en 196.000 efectivos los de tiempo parcial.
Los expertos que siguen la evolución de mercado laboral son unánimes al respecto. «Es la peor EPA desde 2013, salvando el año de la pandemia». «La consecuencia es que seguimos con una tasa de paro que casi dobla la media de la Unión Europea, hemos reconvertido los contratos temporales en fijos discontinuos, que son más de lo mismo, y por lo tanto la reforma no ha servido para acabar con la precariedad ni con la temporalidad, que también aparece encubierta por los contratos a tiempo parcial», dicen estos medios.
Según Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket, el nuevo registro muestra «un deterioro del mercado de trabajo que viene a confirmar la caída acelerada de la actividad económica, de manera que en 2023 estamos abocados a una creación de empleo plana y a un nuevo incremento de la tasa de paro».
Otro de los datos más curiosos e inquietantes de la actual coyuntura es el descenso de la productividad. Normalmente, durante las crisis, con aumentos de la tasa de paro, la productividad -que es el cociente entre el valor de los bienes y servicios producidos y el número de trabajadores, medido en términos de personas empleadas u horas trabajadas- subía de manera sistemática. Pero esta es la primera vez en la historia que la productividad está cayendo, en concreto un 1,8%, y esto es debido a la disminución del número de horas trabajadas, que está casi un 8% por debajo que antes de la pandemia. «Ahora se trabaja como media casi un 10% menos de lo que venía siendo habitual en España», apunta Bernaldo de Quirós.
La EPA también muestra algún hecho añadido y realmente sorprendente como es el crecimiento del pluriempleo. Desde hace un tiempo, la estadística oficial recoge este epígrafe bajo la denominación de «Ocupados con empleo secundario», y en el tercer trimestre se ha situado en máximos históricos hasta sumar 550.000 personas. La mayoría de los pluriempleados son los que tienen varios contratos fijos discontinuos, pero esto supone una alteración de las estadísticas, ya que se puede dar la circunstancia de que alguien que tenga más de uno de estos contratos en vigor compute como empleado dos veces. De manera que las series estadísticas tampoco pueden compararse homogéneamente en términos históricos.