Cinco películas para entender la economía sin levantarse del sofá
Una de las mayores trampas publicitarias consiste en afirmar que se puede aprender inglés o chino sin esfuerzo. Todo proceso intelectual requiere una concentración, una predisposición al aprendizaje y unas ganas de hacer esto en concreto y no otra cosa.
El cine ha ofrecido siempre la posibilidad de que conozcamos grandes etapas o situaciones de la historia de manera novelada y estando un par de horas tumbados en un sofá o sentados en una butaca. Conocer asuntos económicos sin leer complejas teorías es posible a través de la gran pantalla. Hay películas que han abordado escándalos financieros y conceptos del mundo económico que se le escapan al común de los mortales. Repasemos cinco títulos que ayudan a la hora de adentrarse en estas cuestiones.
La película El concursante (del año 2007) aborda los problemas a los que se enfrenta un profesor de Historia Económica tras hacerse millonario al ganar un concurso en la televisión. Aparentemente, lo que debía ser una alegría muta en un infierno al descubrir que debe pagar un pastizal en impuestos y para ello pide un préstamo al banco. Esta cinta ofrece reflexiones interesantes sobre el manejo del dinero, el sistema monetario, los bancos y el consumismo.
La siguiente que destacamos es Freakonomics, del año 2010. Esta peli está basada en el libro del mismo nombre que tiene el sugerente título Un economista políticamente incorrecto que explora el lado oscuro de lo que nos afecta. Escrito por Stephen J. Dubner y Steven D. Levitt ya en 2005 fue un best seller mundial y se aborda asuntos que afectan a todos los consumidores como la información que hay que controlar para vender una casa y temas relacionados con la educación y los salarios.
Wall Street, de 1987, es decir, en pleno boom del mercado financiero neoyorquino, es sin duda la más famosa de todas las películas de este género. De hecho, su protagonista, Michael Douglas, obtuvo por ella un Óscar de Hollywood antes que su padre el mítico actor de westerns Kirk Douglas. Gordon Gekko (Douglas) interpreta a un tiburón financiero sin escrúpulos al que un joven que busca hacerse un hueco en la élite (Charlie Sheen) se le une para que se convierta en su mentor.
El maestro guía a su aprendiz que descubrirá por el camino la vida de lujo y excesos así como la laxitud moral que rige la vida del que era su ídolo. Para dar el paso definitivo Sheen deberá vender la empresa de su padre mediante la utilización de información privilegiada algo prohibido por la SEC. La película enfrenta el sistema especulativo frente al productivo de la economía y acuñó la famosa frase «la codicia es buena» para justificar que cualquier cosa se podía hacer con tal de obtener el éxito económico.
Piratas de Silicon Valley, de 1999, justo un año antes de que estallara la burbuja tecnológica, recoge el nacimiento de Apple y Microsoft y con ellos el desarrollo de la industria de los ordenadores personales. Esta obra ya muestra las enormes diferencias existentes entre las dos empresas desde su nacimiento. Se abordan asuntos como el emprendimiento, la creación, el desarrollo de una empresa, los acuerdos comerciales, cómo se negocia en diferentes etapas de la vida de una compañía y cómo son los mercados de monopolio y oligopolio.
La última es también la más antigua demostrando que estos asuntos ya interesaban hace muchos años incluso cuando el cine todavía era en blanco y negro. El hombre vestido de blanco es de 1951 y habla de cómo tras muchos esfuerzos un joven químico descubre un tejido que no se mancha ni se rompe nunca. Este asunto supondrá una gran amenaza para la industria textil por lo que sufrirá el rechazo y la persecución de empresarios y trabajadores del ramo.
Los primeros quieren que el tejido no se descubra para evitar su ruina y los otros por la posible perdida de su trabajo. Se trata de una sátira que hace reflexionar sobre los intereses empresariales frente a los generales, el papel de los sindicatos y cómo algunos sectores pueden llegar a impedir el progreso si ellos son perjudicados.