Caixabank y Repsol, una historia de más de 20 años juntos rota por sorpresa
El equipo liderado por Vilarasau, Fornesa, Fainé y Brufau diseñó la entrada en el "núcleo duro" de la petrolera
Desde 2004 Brufau es el presidente de Repsol en representación de la caja
El pasado lunes en unos premios otorgados por la revista Forbes, el presidente de la Fundación La Caixa y expresidente de Caixabank Isidro Fainé recordaba el equipo directivo que conformaron durante años en la caja catalana él mismo en tándem con Ricard Fornesa -que luego sería presidente de la caja catalana- y Antoni Brufau, director general de su grupo industrial. En esa época, destacó el directivo homenajeado, coincidieron Brufau, Fornesa y Fainé conformando un ‘dream team’ junto con Josep Vilarasau que logró un gran crecimiento para la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona y el aumento de su presencia tanto en participaciones industriales como en la obra social.
De esa época (finales de los 80, principios de los 90) vienen los primeros acercamientos a Repsol, la antigua empresa pública petrolera cuya privatización comenzó en 1989 y en la que La Caixa, hoy Caixabank, ya era un accionista de referencia en 1996, cuando el Estado le propuso formar un «núcleo duro» nacional en el accionariado de Repsol junto con BBV y la SEPI. La caja catalana ha sido siempre un accionista de referencia, ha definido presidentes y consejeros, y ha actuado como contrapeso ante los sucesivos intentos por hacerse con la compañía desde el exterior y como un factor de estabilización y de cierta garantía de ‘españolidad’ de la empresa.
Más de 20 años siendo una referencia para la petrolera hasta su anuncio de este jueves de que vende su 9,2% y da de baja a sus dos consejeros (Gonzalo Gortázar y Jordi Gual, CEO y presidente de Caixabank).
El banco de Francisco González duró hasta 2006, cuando vendió su 5% para concentrarse en comprar entidades en Estados Unidos. La SEPI había salido bastante antes. Sólo Caixabank mantuvo su presencia entonces y ahora, si bien en los últimos años más disminuida su influencia ante la tendencia de la banca a disminuir participaciones industriales.
Brufau, enfrentado a Sacyr
Pero sin duda la época en la que Caixabank demostró su control en Repsol fue con el nombramiento del bancario Antoni Brufau en 2004 en sustitución de Antonio Cortina. La Caixa tenía entonces un 12,5% de la petrolera y era la referencia de un grupo industrial donde también figuraban Inmobiliaria Colonial, Aguas de Barcelona, Telefónica, Gas Natural o Abertis.
Cuando Sacyr entró en Repsol en 2006 comprando un 20% en dos tandas, Caixabank dejó de ser el principal accionista y desde entonces no faltaron momentos de tensión en el consejo entre los tres representantes de la constructora (su presidente Luis del Rivero, Juan Abelló y José Manuel Loureda) y el propio Brufau. Del Rivero intentó por todos los medios descabalgar al ejecutivo de Mollerusa (Lleida) de su sillón de presidente, pero nunca obtuvo la mayoría en el consejo para hacerlo. La decisión de Brufau de reducir el dividendo dañó especialmente al grupo constructor, que entró muy apalancado a hacerse con el 20% de Repsol.
Aunque llegó incluso a publicarse que Brufau sería relevado, lo cierto es que el catalán contó con el apoyo de los consejeros independientes, además de los de Caixabank. Y Sacyr, con el apoyo de Pemex, no concitó los suficientes avales para nombrar con un 20% de las acciones un presidente que Caixabank había colocado con un 12,5%.
En los últimos años, la batalla accionarial se ha ido atemperando mientras que Brufau conseguía más (hasta el punto de que hasta se considera dentro de la empresa que podría seguir después de la salida de Caixabank) y tanto Sacyr como Caixa reducían su participación.
La salida de Caixabank, que se producirá con pérdidas de 450 millones y Ahora, ¿intentará comprar el grupo constructor las acciones salientes de Caixabank para hacerse al fin con el control de la petrolera?