Bruselas advierte a Sánchez de que debe iniciar el ajuste del déficit en 2023 por la elevada deuda
La Comisión Europea ha lanzado una advertencia al Gobierno de España y del resto de países con alto endeudamiento público: deben iniciar un «ajuste fiscal gradual» para garantizar la sostenibilidad de una deuda que se disparó por el covid-19. Esto significa que Pedro Sánchez tendrá que acometer ya el próximo año la reducción del gasto público que lleva esquivando toda la legislatura y a la que se opone frontalmente Podemos.
Una reducción que tendrá que ser todavía más dura habida cuenta de que el Ejecutivo ha renunciado a la fuerte subida de impuestos que pretendía aprobar, como adelantó OKDIARIO. Y el deterioro que sufre la economía, agravado ahora por el shock energético provocado por la invasión de Ucrania, reducirá aún más la recaudación fiscal.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ha asegurado este miércoles que los Estados miembros altamente endeudados «deberían comenzar una reducción gradual de deuda», limitando el aumento del gasto y acometiendo en 2023 un ajuste fiscal, sin tener en cuenta las contribuciones del fondo de recuperación u otras transferencias de la UE.
Gentiloni ha presentado este miércoles sus directrices preliminares de política presupuestaria para los países de la Unión Europea de cara a 2023, en las que aboga por el inicio de este ajuste fiscal en 2023, si bien matiza que las políticas tendrán que adaptarse a la «incierta» situación económica.
Bruselas evaluará en primavera si sigue adelante con su plan de reactivar las normas europeas de disciplina fiscal en 2023, ya que espera que la invasión rusa de Ucrania ralentice su recuperación económica tras la pandemia, si bien no prevé que la haga «descarrilar».
Si bien es pronto para anticipar el impacto que tendrá la invasión rusa de Ucrania sobre la UE, que ha sancionado económicamente a Muscú, «el ataque probablemente impactará el crecimiento negativamente», ha asegurado Gentiloni en la presentación del documento.
Entre los factores de riesgo citó el impacto sobre los mercados financieros, cuellos de botella en las cadenas de suministro «más persistentes», la presión sobre los precios de la energía y el impacto sobre la confianza de los consumidores.
«Esta combinación de factores y riesgo probablemente pesarán de forma significativa sobre la expansión económica en la UE, pero sin hacerla descarrilar», dijo Gentiloni, en referencia a un crecimiento que Bruselas estimó en el 4 % para este año a principios de febrero.
Las normas fiscales deben volver a aplicarse en 2023
Con esas previsiones en la mano, Bruselas tenía previsto dejar de aplicar el año próximo la cláusula de salvaguarda por la que en 2020 se congelaron las reglas de control del déficit y la deuda para permitir responder con un ingente gasto público a la pandemia, pero la situación en Ucrania podría obligar a reconsiderar la estrategia.
«Dada la incertidumbre actual, volveremos a evaluar la desactivación prevista de la cláusula de salvaguarda en 2023», dijo Gentiloni, quien añadió que este análisis se llevará a cabo basándose en las previsiones económicas de primavera que publica la Comisión en mayo para ver el impacto económico de la crisis.
«Inevitablemente, nuestras sanciones (a Moscú) tendrán implicaciones negativas para la economía, pero es un precio que merece la pena pagar para defender la democracia y la paz», añadió el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis.
Con este telón de fondo, las directrices publicadas hoy por el Ejecutivo comunitario llaman a seguir coordinando estrechamente las políticas fiscales de los Veintisiete en 2023 y a garantizar la sostenibilidad de la deuda a través de un ajuste fiscal «gradual», combinado con inversiones y reformas que promuevan el crecimiento sostenible.
Las estrategias fiscales, apunta la Comisión, deberían tener en cuenta el apoyo que recibirán los Estados del fondo de recuperación pospandemia de 800.000 millones de euros y ser diferenciadas en función de la situación de cada país.
Diferentes ajustes en cada país
El ajuste no es tan urgente para aquellos con niveles medios o bajos de deuda, a los que Bruselas recomienda reforzar las inversiones para la transición ecológica y digital, teniendo una posición fiscal «neutra».
La Comisión advierte, en todo caso, de que «una consolidación demasiado abrupta podría impactar negativamente el crecimiento» y llama a financiar también con los presupuestos nacionales inversiones «de alta calidad» favorables al crecimiento.
Estas recomendaciones se irán adaptando según evolucione la situación y, a más tardar, en mayo de cara a que los Gobiernos vayan preparando sus presupuestos para 2023.
En paralelo, la Comisión continúa trabajando en la reforma de las normas fiscales con el objetivo de alcanzar un consenso entre los Veintisiete antes del año próximo.