LA EVOLUCIÓN DE LOS MERCADOS

Las bolsas empiezan a acusar la subida de los tipos de la deuda pública con descensos cercanos al 3%

Las bolsas empiezan a perder terreno ante la subida de tipos de los bonos públicos

bolsa deuda
Las bolsas sufren la subida de tipos.

La bolsa ha empezado a acusar el aumento de la rentabilidad de la deuda pública  y en particular del bono del Tesoro americano a diez años, que ha superado el 5%. Los mercados de valores han digerido el impacto con descensos durante la semana pasada del 2,7% en el Eurostoxx, del 1,6% en el Dow Jones, del 2,4% en el S&P y del 3,2% en el Nasdaq, unas caídas que dentro de lo que cabe son moderadas si tenemos en cuenta que, a la ya mencionada subida de tipos, hay que añadir el entorno de fuerte incertidumbre generado por la guerra en Gaza y la escalada del precio del petróleo, que supera ya los 90 dólares por barril.

Según los analistas consultados, es llamativo que en esta ocasión el T-Bond no haya actuado como refugio. Normalmente, el desplazamiento del dinero hacia activos seguros, que habitualmente se produce en situaciones de crisis, debería haber provocado una subida del precio y la consiguiente bajada de los tipos de interés del T-Bond, que es un tradicional depósito en tiempo de turbulencias, pero da la impresión de que el dinero ha preferido refugiarse en activos como el oro, que el pasado jueves superaba los 2000 dólares por onza y también en bonos del Tesoro americano, pero no en el de  diez años sino en plazos más cortos.

Hay varias razones que explican esta subida de los tipos de interés del bono de largo plazo. La primera razón es que la Fed ha dejado claro este verano que los tipos de interés se mantendrán altos durante mucho tiempo, lo que aleja en el tiempo la expectativa que alimentaba parte del mercado de una pronta bajada de las tasas. La segunda es que la inflación ha repuntado un poco y que con el petróleo por encima de 90 dólares y subiendo, se desvanece un poco la idea de una rápida bajada del IPC.

La tercera es que las políticas fiscales son muy expansivas y siendo 2024 año electoral en EEUU no es previsible que el gasto público vaya a menos y por tanto se emitirán más bonos. Según Juan Carlos Ureta, presidente del banco de inversión Renta 4, el mercado, al subir los tipos de largo plazo, está ayudando a la Fed a no tener que elevar los tipos de intervención de corto plazo (Fed funds). «Esa idea sobrevoló la intervención de Jerome Powell en el Economic Club de Nueva York el pasado jueves, una intervención en la que el presidente de la Fed reconocía sus dudas y recomendaba «humildad» a la hora de analizar la situación», añade Ureta.

Aunque al mercado le habría gustado que Powell dijera de forma explícita que no va a subir los tipos en noviembre, lo cierto es que Powell, sin decir eso, dio suficientes señales como para pensar que quizá la Fed dé por concluidas de momento las subidas de tipos, lo cual no significa que los vaya a empezar a bajar pronto.

Por un lado, Powell reconoció que las condiciones financieras se han endurecido al subir el tipo del bono a diez años por encima del 5%, dando a entender que efectivamente eso podría evitar una nueva subida de los ‘Fed funds’ en noviembre. Por otro lado, el responsable del banco central americano destacó que la economía norteamericana sigue estando muy fuerte pese a las subidas de tipos y pese al 5% del T-Bond, lo cual indica que el endurecimiento monetario, lejos de provocar la recesión que algunos pronosticaban, está siendo muy bien absorbido.

Y eso conduce a la tercera idea de que hay que escuchar lo que nos dice la economía y por tanto, hay que esperar, usando sus palabras, con «humildad», a ver el impacto de las subidas de tipos en la evolución de la coyuntura. Powell recordó que los impactos de las medidas monetarias en la economía siempre llevan un desfase y sugirió en esta ocasión que el desfase podría estar siendo más largo, al haber cambiado el paradigma económico por el impulso de la innovación tecnológica, pero dejó ver que ese impacto vendrá y, por tanto, hay que esperar para ver cómo de grande va a ser, aunque señaló que no pasaría nada grave si la economía se ralentiza un poco.

Aterrizaje suave, bolsa y deuda pública

Según Ureta, Powell parece estar bastante satisfecho de cómo van las cosas y confía en un aterrizaje largo y suave de la economía y no en una recesión profunda. Por otra parte, los resultados empresariales que se van publicando confirman esa idea del aterrizaje suave y más bien reflejan que las empresas están sorteando bastante bien las subidas de tipos y la desaceleración de la economía. Entre las que hasta ahora han publicado sus cifras, hay predominio, un trimestre más, de las que superan las expectativas del mercado.

Bolsa, Deuda pública
Una imagen de la plataforma Netflix.

Empresas como Netflix, que ha incrementado en nueve millones el número de suscriptores y subió un 16% tras publicar sus cifras, o Taiwan Semiconductor (TSMC), que ha sorteado bastante bien una caída del 11% en sus ventas, están demostrando que saben hacer los deberes y adaptarse. Los bancos americanos que han presentado sus cuentas han ganado, en su conjunto, un 30% más en el tercer trimestre, al cobrar más por sus créditos sin tener que elevar apenas el coste de los depósitos y teniendo que hacer menos provisiones porque la morosidad no está alta. Es verdad que las cifras de algunos como Goldman o Morgan Stanley, son peores, pero en su conjunto la imagen es positiva.

De momento, el mercado no cree en una recesión inmediata pero sí en un crecimiento bajo durante algunos años. El principal riesgo, según los analistas, sigue siendo una crisis de deuda que lleve los tipos a largo del 5% al escenario del 7% del que hablaba Jamie Dimon, presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase -el banco americano más grande- hace algunas semanas, un riesgo que transformaría el aterrizaje suave en recesión fuerte y que además, en la zona euro provocaría una reedición de la crisis de deuda de los países periféricos.

Como ha dicho Powell, la economía debería empezar a recibir de verdad el impacto de la subida de tipos, y eso, aún en un escenario de aterrizaje suave y no de recesión, deberá traducirse en crecimiento a la baja y beneficios a la baja. La consecuencia es que, en algún momento, podríamos ver niveles algo más bajos en el S&P, de 4.000 puntos o incluso inferiores. Si cede un poco la tensión en Gaza, si las grandes tecnológicas ayudan un poco y si el mensaje del BCE, que se reúne mañana y que no se espera que toque los tipos, es medianamente contemporizador, la caída de las bolsas podría contenerse.

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