El Banco de España, preocupado ante el ‘impasse’ político y la incertidumbre generada por Sánchez
El Banco de España se ha mostrado este martes preocupado por la situación política que atraviesa nuestro país, donde Pedro Sánchez se ha mostrado incapaz de formar un Gobierno que pueda acometer reformas. De este modo, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos ha advertido de que este ‘impasse’ político, así como la incertidumbre que esto genera, puede afectar a la marcha económica. Además, el banco central ha afeado a la clase política por no aprovechar los años de crecimiento para acometer reformas.
Así lo ha señalado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, durante la presentación de las últimas ‘Proyecciones macroeconómicas de la economía española 2019-2021’, que rebaja sus previsiones de crecimiento, hasta el 2% este año, al 1,7% en 2020 y al 1,6% en 2021, lo que supone cuatro, dos y una décima menos, respectivamente, respecto a las proyecciones de junio.
El organismo revisa en cuatro décimas a la baja su previsión de crecimiento para este año, lo que obedece, en algo más de dos décimas, a la revisión estadística del INE, que ha reducido del 2,6% al 2,4% el crecimiento registrado en 2018 y en otras dos el avance del PIB en el primer trimestre, hasta el 0,5%, frente al 0,7% previsto anteriormente.
Las otras dos décimas de revisión a la baja son por empeoramiento de las perspectivas y en esto influye en algo la incertidumbre y la desaceleración de los indicadores en los últimos meses.
De cualquier forma, el Banco de España cree que no se dan las condiciones para que se produzca una situación de recesión a corto plazo, aunque «si se acumulan factores negativos, no es descartable que en algún momento del futuro más o menos distante tenga lugar».
«El clima de incertidumbre e impasse político no ayuda a la buena marcha de la economía», ha indicado Arce, quien ha apuntado que la convocatoria de nuevas elecciones hace «prácticamente imposible» aprobar nuevas medidas y conduce a una prórroga presupuestaria de las cuentas de 2018, por lo que las nuevas cuentas y sus medidas no llegarán hasta el año 2020.
A expensas de conocer el dato definitivo de déficit público del año 2018 (inicialmente previsto en un 2,5% por el INE), el Banco de España cree que el tono de la política fiscal será «expansivo» en 2019 y «aproximadamente neutral» los dos ejercicios siguientes, con lo que mantiene su previsión de un desajuste del 2,4% este año.
El mantenimiento de su previsión de junio se debe a que el impacto del 0,05% que prevé por la mayor desaceleración, se compensa con tres centésimas menos derivadas de ciertos elementos recurrentes, otras tres por la mejora en el pago de intereses y por la mejor evolución de algunos ingresos.
A pesar de que los principales riesgos no tienen su origen en la situación política, ya que se localizan en factores externos, como la guerra comercial, las tensiones geopolíticas o el Brexit –el Banco de España cree que si se materializa sin acuerdo podría restar siete décimas a España en un periodo de cinco años–, ve «indudable» que la situación de indefinición y la incertidumbre sobre el futuro de la política económica es perjudicial, ya que «la incertidumbre nunca es amiga de las decisiones económicas» y puede inhibir a los consumidores a la hora de consumir y llevar a las empresas a posponer planes de inversión.
Reformas
Por ello, Arce considera que la actual indefinición política «afecta o puede terminar afectando» a la economía, si bien ha recordado que «no es una situación nueva ni atribuible a un Gobierno determinado», ya que se viene produciendo varios años en los que la actividad legislativa económica se ha ralentizado de forma «considerable», con «muy pocas» reformas de calado en los últimos ejecutivos de distinto color.
«No se está sacando todo el partido que se podría a una situación que era óptima para acometer reformas», ha afeado Arce a la clase política, recordando que España crece a prácticamente el doble que la zona euro y se podrían haber apuntalado algunos elementos que hacen «vulnerable» al país y haber mejorado su capacidad de crecimiento.
«El ciclo económico va madurando y el impasse político nos lleva a perder ciertas oportunidades y a no acometer claramente reformas que esta economía necesita», ha enfatizado, en referencia a la deuda pública, la posición de financiación neta deudora, la absorción de desequilibrios, una elevada tasa de paro por encima del 14% y una cifra de desempleo de larga duración superior al 40% y de temporalidad por encima del 26%.
A esto se suma la «necesaria» reforma del sistema de pensiones. De esta forma, ha insistido en que «hay que aprovechar mientras el sol todavía brilla para mejorar el tejado», si bien «la situación política no es la óptima para aprovechar esa circunstancia».
Desaceleración
El director general de Economía del organismo ha incidido en la constatación de una «desaceleración» del empleo, cuyo crecimiento también será menor que el previsto el pasado mes de junio, al augurar un avance del 1,8% este año, 1,3% el próximo y un 1,5% en 2021, lo que supone dos décimas menos en los dos primeros casos y una décima por debajo en el tercer caso.
En este punto, ha avisado de que el ritmo de creación de empleo se ha reducido a la mitad desde el mes de mayo, y está siendo «particularmente intenso» en el sector de la construcción y la actividad agrícola, si bien la mayor «debilidad» del empleo es extensible al resto de sectores.
«En los meses de verano se ha producido una desaceleración algo más intensa de la anticipada», ha añadido, al tiempo que se ha referido a la acumulación de indicadores de «desaceleración» en el sector de la vivienda.
En concreto, ha apuntado que los indicadores de oferta y demanda dan señales de desaceleración, así como los visados y las licencias de obra, lo que hace pensar que el sector crecerá a tasas «más reducidas» en los próximos meses. El Banco de España cree que los precios podrían moderarse en consecuencia en los próximos meses.