Alerta de un experto en economía por lo que va a pasar este verano: «Podemos llegar a…»

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Niño Becerra.
Blanca Espada

Los meses de verano suelen asociarse a vacaciones, descanso y desconexión, pero este año todo apunta a que también serán sinónimo de tensión e incertidumbre en el terreno económico. A la ya compleja situación que atraviesan muchas familias españolas, teniendo en cuenta factores como los precios en alza, hipotecas asfixiantes y la cesta de la compra por las nubes,  se suma ahora una alerta sobre la economía que ha encendido las alarmas: podríamos acercarnos a un escenario tan drástico como el de la paralización económica vivida durante la pandemia.

Una alerta en torno a la economía que ha lanzado Santiago Niño Becerra, veterano economista español que lleva décadas examinando la economía global, y que en una reciente intervención, no sólo ha analizado la evolución de los mercados, sino que ha alertado sobre las posibles consecuencias de un nuevo conflicto comercial global, que podría desembocar en una sacudida de grandes proporciones. No podemos olvidar la situación que se vive actualmente, ya que desde principios de abril, las decisiones políticas tomadas por Estados Unidos han vuelto a sacudir los cimientos del comercio mundial. La imposición de aranceles a varios países, y la exclusión selectiva de algunos otros, está reactivando tensiones geopolíticas que parecían dormidas.

Alerta de un experto en economía por lo que va a pasar este verano

En España, el pulso de la economía no deja de acelerarse, pero no en el sentido positivo. La inflación sigue haciendo estragos en los bolsillos: llenar el carro de la compra cuesta más que nunca, y cada subida en los tipos de interés ahoga un poco más a quienes tienen hipotecas variables. Las familias ajustan sus presupuestos, recortan gastos y se enfrentan a la sensación constante de que lo básico se vuelve cada vez más inalcanzable.

El verano, tradicionalmente una época de respiro para muchos sectores (especialmente el turismo), podría ser esta vez una época algo pesimista. Con la presión internacional en aumento, los efectos podrían notarse en el consumo, en el empleo estacional y en la inversión extranjera. Todo depende, según los expertos, de si los conflictos internacionales escalan o si se consigue algún tipo de acuerdo diplomático. Pero por ahora, la balanza se inclina hacia el lado de la preocupación.

El ‘Día de la Liberación’ y la nueva guerra comercial

El pasado 2 de abril, Donald Trump declaró lo que denominó el Día de la Liberación, una jornada marcada por el anuncio de nuevos aranceles a la importación de productos provenientes de numerosos países. Solo se libraron de estas medidas naciones como Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Cuba, bajo el argumento de que ya sufren sanciones severas.

El efecto fue inmediato: caída en las bolsas y recrudecimiento de las tensiones entre las dos grandes potencias mundiales. China, lejos de quedarse de brazos cruzados, empezó a mover ficha en el tablero global. Y lo hizo con estrategia: afianzando su presencia en regiones como Sudamérica y África, ofreciendo infraestructuras a cambio de recursos y construyendo una red de influencia que, según Niño Becerra, está resultando muy eficaz. Para el economista, China ha aprendido de los errores del colonialismo occidental y está sabiendo jugar sus cartas.

La especulación, un enemigo invisible

Uno de los puntos que más ha querido remarcar Santiago Niño Becerra es la burbuja de especulación que, según él, domina los mercados desde hace años. A través de un gráfico del índice Standard & Poor’s, mostró cómo desde la gran crisis de 2008 hasta la actualidad, la bolsa se ha multiplicado por más de ocho veces. Este crecimiento, lejos de ser orgánico, está en gran parte alimentado por la inyección de dinero barato por parte de los bancos centrales en momentos clave: 2009, 2012, 2018 y durante la pandemia.

«El dinero se ha ido a las bolsas», afirmó el economista, dejando claro que ese crecimiento es artificial y, por tanto, frágil. Una corrección del 10% no le quita el sueño, pero sí advierte que todo podría derrumbarse si las tensiones siguen escalando. La economía mundial, recuerda, se mueve muchas veces por expectativas más que por realidades, y cuando el miedo se instala en los mercados, las decisiones se vuelven menos racionales y más impulsivas.

¿Un verano con sabor a confinamiento económico?

Quizás la advertencia más dura de Niño Becerra sea esta: «Podemos llegar a una situación Covid», en una comparativa del posible estancamiento de la economía global con la parálisis que vivimos durante los meses más duros de la pandemia. Esta vez no por un virus, sino por una guerra comercial de consecuencias imprevisibles. Si Estados Unidos y China no logran un punto de encuentro pronto, podríamos enfrentarnos a una cadena de represalias comerciales que entorpezca el flujo de bienes, dispare aún más los precios y reduzca el consumo.

La idea de un verano convulso, con menor movilidad económica y con mercados temblorosos, no es un pronóstico alentador. Pero no se trata de generar alarma innecesaria, sino de entender que estamos en un punto de inflexión. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas pueden marcar el rumbo no solo de este verano, sino del año entero. Y de su impacto, nadie está a salvo.

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