Vamos a hablar de robos, venga
Un robo fue lo que hizo De Burgos Bengoetxea en la Supercopa del Camp Nou. Un penalti fruto de su imaginación y de las dotes interpretativas de Luis Suárez, que además de morder, actúa. Fingió una caída ante Keylor y el árbitro pitó penalti. Luego echó a Cristiano Ronaldo, que había forcejeado con Umtiti en el área. Sería penalti o no, pero nunca una acción para amonestar al delantero. Con aquel arbitraje el Real Madrid no perdió la Supercopa, pero con la sanción de cinco partidos a Cristiano sí que empezó a perder la Liga.
Un robo fue lo que hizo Aytekin al PSG en el Camp Nou. Eso fue un robo y no lo de el furgón de El Dioni. Un penalti clamoroso, indudable, obsceno de Mascherano a Di María, reconocido por el propio Jefecito, que el colegiado vio pero se comió el silbato. Y luego, un piscinazo alevoso de Luis Suárez, que se tiró sin que hubiera nadie a cinco metros a la redonda, y que Aytekin convirtió en penalti. Aquella no fue una remontada fue una robontada.
Y un robo fue cuando Markus Merk le quitó un gol legal a Shevchenko que habría dejado al Barcelona sin la Champions de Rijkaard.
Y robo –bueno, robo no, superhipermegarobo– fue lo de Obrevo en Stamford Bridge que le habría dejado al Barcelona sin la primera Champions de Guardiola.
Pero el Atleti también roba
Porque robo fueron aquellos dos penaltis que pitó Díaz Vega en Pamplona y Lleida que evitaron el descenso del Atleti el año que tocaba. Ambos eran fuera del área y ambos se pitaron para que el Atleti no bajara. Bajó un año después, eso sí. Ahí ya ni Díaz Vega (ahora director técnico de arbitraje) pudo hacer nada.
Y robo fue la final de Copa del Bernabéu que Simeone ganó a Mourinho gracias a que Clos Gómez perdonó cuatro rojas al Atleti. Eso lo sabe el Cholo y lo saben algunos de sus jugadores, que han confesado en privado que no saben cómo no acabaron con siete aquella final.
Y robo fue la Liga que Simeone ganó en el Camp Nou con un gol legal de Messi que habría hecho campeón al Barça. Pero ahí no hubo ni portadas, ni campañas ni CDR cortando autopistas. Ahí no pasaba nada porque el robo era entre hermanos.
Y robo fue la mano de Gabi en el Calderón, en aquel partido que echó al Barça de la Champions y permitió al Atlético perder otra final en Milán.
Y robo fue el penalti que le pitaron a Griezmann ante el Leicester, que también permitió el pase de los rojiblancos en octavos de otra Champions. Y a Fernando Torres en el Allianz Arena ante el Bayern, también fuera del área… pero ese el Atleti lo falló.
Estos sí que fueron robos. Lo de Lucas Vázquez contra la Juve no se llama robo se llama PENALTI.