Ciclismo

Los últimos resquicios del caso Armstrong llegan a Madrid

armstrong
Lance Armstrong comparte asiento con su amigo Johan Bruyneel.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Tras pagar más de 15 millones de euros en indemnizaciones, Lance Armstrong puede decir que es libre. El mayor tramposo de la historia del deporte ha llegado a múltiples acuerdos de conciliación –en su momento dijo que todo esto le costó 100 millones– con las marcas a las que engañó y casi siete años después de su confesión no tiene más deudas pendientes. De hecho, invertir en Uber le salvó la vida.

No puede decir lo mismo su antiguo jefe desde el coche, Johan Bruyneel, quien ha arrastrado los últimos resquicios del caso Armstrong a España. El Gobierno de Estados Unidos está detrás del belga, actualmente afincando en San Sebastian de los Reyes. No en vano, los norteamericanos han intentado entregar sin éxito diversas citaciones judiciales contra el ex ciclista de la ONCE, entre otros, encontrándose un portazo como respuesta en su casa en la urbanización de Ciudalcampo.

«Queríamos darle a Bruyneel una última oportunidad de defender, pero parece que no tiene la menor intención», declaró una fuente del Gobierno norteamericano a US Today. El belga decidió convertirse en un prófugo de la justicia desde 2014, cuando dejó de atender los requerimientos judiciales estadounidenses que le solicitan una indemnización de 1,2 millones de dólares.

A diferencia de Armstrong, que es ciudadano y residente norteamericano, Bruyneel puede eludir a la justicia siempre y cuando no pise suelo estadounidense. El Gobierno yankee recurrió al CSD y a contactos diplomáticos para que el tramposo pagase lo que le corresponde en el caso, pero en ningún momento han conseguido entregar la documentación porque no les abrieron la puerta de casa.

Bruyneel, lejos de esconderse, sigue implicado en el mundo del ciclismo a través del podcast The Move. Pese a que la sanción vigente le prohibe de por vida volver a dirigir un equipo ciclista, el belga ha sabido regenerar su vida mediante sus comentarios en la radio, donde esporádicamente intercambia opiniones con Lance Armstrong, quien también tiene un programa con su ex compañero George Hincapie.

Floyd Landis espera con la chequera

Lo más increíble del asunto es que si algún día Bruyneel decidiese pagar su deuda, uno de los beneficiarios sería Floyd Landis. El ganador del Tour de 2006, posteriormente desposeído por dopaje, fue el que inició todo el proceso que terminó por destruir la carrera y el legado de Armstrong. No en vano, cobró 1,65 millones de dólares por parte de su antiguo jefe de filas y espera sacar otro pellizco de Bruyneel.

Landis, a diferencia de Armstrong y Bruyneel, ha podido sacar adelante su propio equipo ciclista con el dinero de las indemnizaciones y ha sido portada de muchos medios de comunicación por montar un negocio relacionado con la marihuana. 10 años después de ser despreciado por Armstrong para correr en Astana porque «no estaba limpio», las tornas han dado un giro de 180 grados en favor de Floyd.

Lo último en Deportes

Últimas noticias