Superhéroe y MVP: Saúl guió a España a la final con un hat-trick de órdago
Un combinado de ensueño con un líder que marca ejemplo. La selección española sub-21 se clasificó para la final del Europeo de la categoría tras vencer a Italia, en un triunfo que se explica a partir de la exhibición de juego de Ceballos y el dominio categórico de su interior, el jefe que defiende, dirige, transita y golpea. Saúl Ñíguez, un auténtico superhéroe en la noche polaca, a la par que pesadilla para la defensa transalpina.
Saúl fue eligiendo puntualmente cada acción determinante del partido, a la vez que Ceballos y Asensio tejían el juego de la selección de Albert Celades. El todocampista atlético lo fue más que nunca y fijó su campo de acción desde las ayudas a Marcos Llorente en defensa a la formación de un doble nueve junto a Sandro en la finalización.
Por si este despliegue no fuera ya digno de mención, el alicantino puntuó con matrícula en cada acción en la que se convirtió en protagonista. Con potencia para moverse, llegar y robar, pero también con conocimiento de causa. Era partido importante y Saúl, a sus 22 años, ya juega como un treintañero por experiencia y calidad.
Nunca se esconde y el Atlético ya le ha dado la oportunidad de destacar en escenarios de magnitud. Se la dio también Ceballos con un pase al balcón del área y el menor de los Ñíguez no lo desaprovechó. En un segundo celebraba su tercer gol en el Europeo. Había abierto la lata, una vez más. No contento con ello y picado por el empate de una Italia con 10, pidió el balón a 30 metros y no se lo pensó. Donnarumma no pudo reaccionar y Saúl volvía a sonreír con un golazo bajo el brazo.
Hat-trick y a la final
Ya con el partido roto, Saúl se vio en su escenario predilecto y se animó a buscar el hat-trick. Llorente le cubría las espaldas y Asensio conducía con confianza por primera vez en el encuentro. Le llegó el tercer balón a su zurda. Ya conocen el resultado. Generoso, le dedicó el tanto a Marco y enseguida fueron llegando el resto de integrantes del equipo, que se sabían finalistas gracias, en gran medida, a su veterano infiltrado.
Antes de terminar el partido, Deulofeu se marchó sustituido y le cedió el brazalete de capitán a Saúl, en un final de película para un hombre que se convirtió en superhéroe para guiar a España al partido por el título. Al ‘8’ solo le quedan 90 minutos para cumplir una misión y no está dispuesto a fallar. Alemania espera.