San Luca mete al Castilla en ascenso (2-1)

El día no invitaba a nada. Lluvia, frío y viento azotaban el estadio Alfredo di Stéfeno. Algún alcalde con afán de protagonismo por menos lo hubiese suspendido. Pero el Castilla y el Fuenlabrada jugaron. Y tanto que jugaron. Unos, los visitantes, llegaban cuartos. Los otros, los de blanco, undécimos. Pero en un grupo II tremendamente igualado el que ganase dormiría en posiciones de playoffs a Segunda División.

La responsabilidad de lo que se jugaban, aún queda mucho pero el final se acerca poco a poco, provocó que ambos equipos salieran a por el partido desde el primer minuto, cuando Nikos, titular hoy, se sacaba un gran latigazo que paraba Pol. A continuación, los fuenlabreños daban la réplica con una buena contra que finalizaba Dioni estrellando el esférico en el lateral de la red. Había transcurrido algo más de un minuto y las cartas ya estaban encima de la mesa.

El Castilla entró mejor en el partido. Los chicos de Solari se mostraban intensos y eran superiores a su rival. Pero el primero en golpear fue el Fuenlabrada. Antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora Luismi Quezada cometía un penalti por mano. Tan involuntaria como claro. Dioni no perdonaba desde el punto fatídico para adelantar a los azules.

El Castilla, sin merecerlo, se veía por detrás en el luminoso. Aunque Quezada sólo tardó cuatro minutos en solucionarlo. El lateral se sacaba la espina del penalti haciendo un gran gol que devolvía las tablas al luminoso. Tocaba volver a empezar. Con todo igualado el primer filial se volvió a mostrar superior y sólo un violento viento que jugaba en contra de los madridistas les puso en dificultades en algunos compases del duelo. No obstante, nadie fue capaz de encontrar el gol y ambas escuadras se retiraron al vestuario.

Dominio, Campuzano y San Luca

El segundo acto comenzaba igual. El frío no se iba, la lluvia se mantenía, el viento seguía siendo muy incómodo y el Madrid era mejor. El dominio total lo llevaban un Castilla que con el aire como fiel aliado comenzó a asediar la meta del Fuenlabrada. Campuzano tuvo en su cabeza el 2-1 tras aprovechar un excelente centro de Quezada, el mejor del encuentro. Pero Pol sacaba una mano espectacular para enviar el balón a córner.

El Castilla tenía al Fuenlabrada para darle un estocada casi definitiva, pero no supo matar y los del sur del Madrid se volvieron a recomponer. Poco a poco el filial madridista veía como ya no dominaban, ya no tenían el balón y empezaban a pisar su área con mayor frecuencia.

Salvado el agobio al que se vio sometido el Castilla durante unos compases, se entraba en los últimos 15 minutos de partido con todo en el aire. Los blancos comenzaron a tocar poco a poco, a mover la pelota y a volverse a sentir dueños de la contienda. Hasta que llegó el premio. Enzo levantaba la cabeza, veía el desmarque de campuzano y no dudaba en cederle el balón. El catalán una vez más demostró que es letal de cara a portería definiendo a la perfección. 2-1, la remontada estaba consumada.

Pero aún tocaría sufrir. El Fuenlabrada reacciono y aquí emergió la figura de Luca Zidane. Bueno, San Luca Zidane para sostener al Castilla. El galo paró un mano a mano a Dioni. El delantero del Fuenlabrada corría hacia el arco blanco, el Di Stéfano contenía la respiración y Luca se hacía gigante. Hasta el final nadie se destensaría, pero finalmente el Castilla se terminó llevando el gato al agua. Logrando tres puntos que le hacen dormir en fase de ascenso.