Ni ‘valors’, ni ‘seny’, ni deportividad: el Barça no hizo pasillo al campeón de la Supercopa
Nueva demostración de que en el Barcelona los valors son puro postureo, puro teatro. El equipo azulgrana perdió una ocasión histórica de demostrar seny y deportividad al no hacer pasillo al Real Madrid por haber conquistado la Supercopa de Europa.
117 años presumiendo de ser un club señor y, una vez más, el Barcelona demuestra que sólo es de boquilla. No hubo pasillo, algo que se veía venir, así que el Camp Nou no asistió a esa imagen de los jugadores del club azulgrana homenajeando al Real Madrid por la Supercopa de Europa.
En mayo de 2008, el Barça ya tuvo que reverenciarse a la superioridad del Real Madrid después de que el equipo entonces dirigido por Bernd Schuster conquistara la Liga una jornada antes frente a Osasuna. Sin embargo, el hecho de que es otro torneo puede ser justificación suficiente para los ahora pupilos de Ernesto Valverde.
Hay precedentes
En los últimos años datan precedentes de que el Barça debería homenajear al campeón. El Atlético de Madrid sí tuvo pasillo por ser campeón de la Supercopa de Europa. Y además por partida doble. Tanto en 2010 como en 2012 Sporting y Rayo Vallecano homenajearon al club rojiblanco por sus éxitos a nivel europeo. Es más, Valencia (se lo hizo el Villarreal) y Sevilla también fueron recibidos con un pasillo por sus contrincantes tras haber conquistado la Supercopa de Europa.
Por lo que al Barcelona respecta, la última ocasión que pudo disfrutar de un pasillo fue en la temporada 2015/2016 cuando el Betis le homenajeó después de haber conseguido ganar el Mundial de Clubes. Además, en el club culé también decidieron rendir tributo a su equipo por ganar cinco trofeos.
El Real Madrid ya vivió una situación similar con el Valencia, un equipo que tiene una rivalidad similar en cierta medida al Barcelona. Y además por partida doble. La primera fue tras ganar la Copa del Rey en 2011 con Mourinho en el banquillo y la última el pasado 2015cuando el club valencianista homenajeó al reciente campeón del Mundial de Clubes.
Desde niños hasta mayores
Piqué tenía razón, pero se equivocó de palco. Desde que se ingresa en La Masía, ya empiezan a enseñar que hay que ganar a cualquier precio aunque sea con trampas. Así lo demostraron sus alevines sacando de centro y marcando un gol que no valía mientras sus homólogos –del Real Madrid curiosamente- celebraban el tanto que sí subió al marcador.
Apenas unos días después, los mayores dieron otra muestra de lo que ellos llaman valors al no devolver el balón a la Juventus cuando los jugadores bianconeros lo habían tirado fuerapara atender a uno de sus compañeros. Dos catalanes como Codina y Álvaro Vázquez criticaron lo que inculcan en Can Barça.
Los episodios se sucedían tanto en grandes como pequeños. El penalti que lanzó Mascherano ante un contrincante descendido como Osasuna entre risas -del que el propio Gerard fue el instigador- no hacía más que confirmar que no hay que ver la paja en el ojo ajeno sino fijarse en lo que uno tiene.
Por último, el filial azulgrana se cachondeó del descenso del Espanyol B enseñando tres dedos a los aficionados pericos presentes en el partido desde el banquillo antes de que en el playoff por el ascenso a la Liga 1|2|3 subieran las entradas a la Cultural Leonesa si no accedían a un chantaje previo.