La razón de la ruinosa temporada del Atlético de Madrid

61 goles ha encajado en 47 partidos, la mayor cifra en la era Simeone

Lleva 11 encuentros consecutivos sin dejar la portería a cero

Gil Marín y Enrique Cerezo son los grandes señalados por la afición

Atlético
Simeone, tendido sobre el césped de Dortmund.
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

61 goles encajados en 47 partidos oficiales, el mayor registro negativo de la era Simeone. Ésta la razón de la ruinosa temporada del Atlético, en la que el único objetivo es ya mantener una de las cuatro primeras plazas en la Liga para no perder posición Champions. La clasificación para el próximo Mundial de clubes atempera el golpe, pero la decepción es absoluta. Se impone un cambio radical, pero lo cierto es que más allá de varios casos de jugadores que son evidentes, a quienes más señalan los aficionados es a Miguel Ángel Gil Marín y a Enrique Cerezo.

La tacañería de los directivos a la hora de reforzar la plantilla, tanto en verano como en invierno, es el principal motivo de la crítica al consejero delegado y al presidente. El ejemplo del Borussia Dortmund, verdugo ayer de los colchoneros, viene de maravilla para ponerlo como referencia. El club renano se gastó los 100 millones que ingresó por Bellingham en futbolistas como Sabitzer, Fullkurg o Jadon Sancho. El Atlético ingresó aún más entre las ventas de Cunha, Lodi, Carrasco, Kondogbia y Camello y sólo invirtió 5 millones en Galán, 6 en Samu Omorodion y 22 en Vermeeren. Los dos primeros ya no están y el tercero no cuenta para Simeone.

La cicatería de Gil y Cerezo le ha pasado especial factura a una defensa cada vez más envejecida, con seis jugadores que superan los 30 años (Oblak, Witsel, Azpilicueta, Savic, Paulista y Reinildo) y dos que están en la frontera (Giménez, 29 y Hermoso a punto de cumplir 29 también). Atrás el único en la flor de su carrera es Nahuel Molina con 26, pero precisamente sobre el lateral argentino se dirigen todas las miradas ya que su temporada ha sido horrenda de principio a fin. Los 45 minutos que Simeone le mantuvo ayer sobre el césped en Dortmund son la mejor prueba.

De cara al futuro, además, pintan bastos: Azpilicueta -35 años en agosto- ya ha renovado. Savic -33- tiene una cláusula de ampliación automática, a Witsel -35- también le quieren un año más y, como anticipó Eduardo Inda, el Atlético olfatea a Iñigo Martínez -33-. Las perspectivas no pueden ser más deprimentes. Va a ser la defensa más vieja de Primera División. Y con diferencia.

Las canas y, por qué no, la falta de calidad, son las razones que explican la sangría de goles que lleva en contra el equipo esta temporada: 11 encuentros consecutivos sin dejar la portería a cero, sólo una vez -ante Las Palmas- en los 16 últimos. Números ruinosos. Números de equipo que pelea por evitar el descenso, no de alguien que en teoría juega para ganar títulos. De entre los siete primeros sólo el Girona ha recibido más goles. Es una anomalía en la era del Cholo, caracterizada por su seguridad defensiva.

En la primera vuelta el equipo se sostuvo gracias a los goles de Griezmann y Morata, pero una vez que los dos delanteros entraron en crisis no hubo nadie que tomara el relevo. Especialmente grave es la sequía del internacional español, que en cuatro meses y medio de 2024 lleva sólo dos tantos, uno al Granada y otro al Betis. Su error ayer ante el portero del Borussia a los dos minutos de partido pudo haber cambiado la eliminatoria. Ya no compareció tras el descanso. Como adelantó OKDIARIO el club lleva tiempo buscando un nuevo delantero centro y el que más gusta es el ucraniano Dobvyk, pero no será fácil deshacerse de Morata, con una ficha de 8 millones de euros que casi nadie está en condiciones de poder asumir, y más si estamos hablando de un futbolista que en octubre cumplirá 32 años.

Se impone una remodelación integral en verano aprovechando el dinero obtenido por la Champions -más de 80 millones- y los 50 garantizados por la clasificación para el próximo Mundial de clubes. Sin embargo hay que tener valentía para asumirla y, sobre todo, hay que querer gastar dinero, y ese no ha sido hasta ahora un atributo de Gil Marín y Cerezo. Más bien es justo al contrario.

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