Paulinho, el nuevo fichaje de Neymar, la lía por promocionar apuestas… ¡con una actriz porno!

¿Cómo convertirse de estrella de un país al enchufador de sus compatriotas? Que se lo pregunten a Neymar con Brasil. El futbolista del Barcelona ha vuelto a actuar de director deportivo después de que fichara a su excuñado Lucas Lima -que se le acababa contrato con Santos la próxima temporada- haciendo lo propio con su otro coterráneo como Paulinho, en problemas por dos cosas ilegales que hizo el pasado abril en China.
En la patria del sol naciente, las apuestas deportivas están prohibidas, al igual que la profesión de actriz porno. Pues bien, el todavía centrocampista del Guangzhou Evergrande no sólo promocionó este tipo de negocio sino que lo hizo junto a una profesional del citado sector, la japonesa Tsukasa Aoi.
Este doble delito, que tuvo la magnitud de escándalo en el continente asiático e incluso se habló de que podía ser deportado, hizo que el mencionado club se manifestase pero atacando, además a su jugador: «Después de las investigaciones iniciales, encontramos que Paulinho acordó patrocinar una compañía de apuestas sin notificarlo por adelantado al club y no hizo la diligencia básica requerida para este contrato».
Ahí es donde aparece Neymar en escena. El atacante azulgrana quiere que su compañero de selección -titular indiscutible- llegue en plena forma al Mundial que se celebra el próximo verano en Rusia, por lo que habría intermediado de nuevo para intentar rebajar una cláusula de rescisión que estaría en 40 millones de euros, como apuntan a esto último desde la prensa catalana.
Scolari, el otro factor clave
El Guangzhou Evergrande está siendo dirigido por el mítico entrenador brasileño Scolari desde hace dos temporadas. Es por ello que la rumorología haya aumentado en los últimos días ante el supuesto ferviente interés del Barcelona en Paulinho.
Neymar y Felipao, así como le conocen coloquialmente, quieren lo mejor para su país después de la humillante eliminación en semifinales por Alemania del pasado torneo internacional a nivel de combinados -con él en el banquillo- y además comparten amistad y teléfono móvil. Mientras tanto, Ernesto Valverde espera en la Ciudad Condal a los acontecimientos en el sustituto de Robert Fernández y pretende braselizar, tal y como Van Gaal hiciera con los holandeses un tiempo atrás.