No dio opción al tenista francés (6-3, 6-1)

Nadal comienza la defensa del Mutua Madrid Open arrasando a Monfils

Nadal
Nadal golpea una derecha en su estreno en el Mutua Madrid Open. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Estadio lleno, público volcado y temperatura propicia. Rafael Nadal tenía todo a favor en su estreno en el Mutua Madrid Open y no falló. El número uno del mundo se impuso a Gael Monfils en un encuentro en el que el español se mostró superior en todo momento y acabó arrasando a su rival (6-3, 6-1) en un segundo set de absoluto lujo.

Era el momento más esperado del torneo. Para muchos seguidores del tenis el Mutua Madrid Open no comienza hasta que Nadal no se pone en liza, y el manacorense lo hizo en el último encuentro de la sesión diurna en la Manolo Santana. Sabedor de la expectación que había creado en los días previos, Rafa comenzó pisando el acelerador con un break inicial que le ponía de cara el encuentro nada más empezar.

Aún en plena adaptación y con una mínima ventaja en su haber, Rafael supo administrar los juegos de servicio, con alguna complicación en el segundo, para sumar parciales a la espera de la oportunidad de cerrar el set. La esperanza de Monfils radicaba en ser muy agresivo con su derecha, arma de destrucción masiva cuando está en forma, y sacar de punto al manacorense.

Las intentonas de Monfils resultaron frustradas por la solidez de Rafael, que sin alardes se plantó con 5-3 y servicio, antes de acabar con la vida del primer parcial sin apenas dificultades. Los aplausos no cesaban después de cada punto. El público de Madrid es, posiblemente el que más da a Nadal a cambio de menos.

Por la vía rápida

La agresividad de Monfils estaba provocando que la duración del partido, siempre con tendencia alta cuando Rafa está en pista, decayera más de lo normal, y el tenista español tiró de su gran arma para favorecer este escenario de partido: limitar los juegos. Al igual que había hecho en el primer set, Nadal se centró en romper el saque de su rival y para ello subió el ritmo de los intercambios, con bolas con muchísimo peso y altura que acabaron doblegando a Gael, que volvía a ceder terreno desde el comienzo.

La paciencia de Monfils llegó a su fin con la segunda rotura del partido por parte de Nadal. Estar tocado y llegar a la casa del número uno a intentar apartarle del torneo fue una losa demasiado pesada para el francés, que pronto cedió de nuevo su saque, dejando el choque visto para sentencia. Mucho más relajado, Rafa utilizó los últimos juegos para hacer las delicias de los presentes y terminar de poner a punto su derecha, además de provocar las alabanzas de su contrincante, que le deja vía libre para su próximo objetivo en Madrid, los octavos de final.

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