Nadal anula a Popyrin en su estreno en Roland Garros

El camino de Rafael Nadal hacia su decimocuarto Roland Garros comienza como terminó el anterior: con victoria inapelable. El manacorense superó al joven Alexei Popyrin, al que superó en tres sets (6-3, 6-2, 7-6) con la superioridad que se le presupone al rey de la tierra, incluyendo un momento de debilidad en el tercero que necesitó de una reacción de campeón. Después del sufrimiento exagerado e incluso la eliminación de algunos de los favoritos a las primeras de cambio, Rafa demostró tener aprendida la lección y puso velocidad de crucero en la Philippe Chatrier para abrirse paso hacia la segunda ronda.

Nadal se estrenaba con un viejo conocido como Popyrin. El australiano, destacado por su juego agresivo y adaptable a la pista rápida, se reencontraba con Rafa después del duelo entre ambos de octavos de final del Mutua Madrid Open. Entonces, el español hizo buena su experiencia y talento superiores para desmontar a su espigado rival, que acabó claudicando sin oponer demasiada resistencia a Nadal.

En una disposición sencilla y sin demasiados alardes, Rafa se limitó a mantener su servicio y esperar su momento en el primer set, al tiempo que engrasaba la maquinaria en un siempre complicado estreno en Grand Slam. Por mucho entrenamiento y competición en tierra batida, Roland Garros es diferente y Nadal, a sus casi 35 años, sabe de la importancia de ir poco a poco hasta alcanzar el 100%.

Popyrin oponía resistencia desde sus juegos al servicio, pero la irregularidad que le ha acompañado en tantos partidos, algo lógico debido a su juventud, le visitó en el octavo juego, clave en el devenir del primer set. A la primera oportunidad, Nadal quebraba el servicio de su rival y se colocaba en disposición de cerrar el parcial, algo que haría con una suficiencia destacada minutos después.

Nadal se encontraba mejor a cada minuto de partido que pasaba, con un servicio que le reportaba puntos gratis o, cuanto menos, la posibilidad de negociar el punto desde una posición ventajosa. La derecha también le daba puntos al manacorense, que culminaba su gran momento con una consecución de tres juegos, dos de ellos al resto, que le dejaban a las puertas del 2-0 en el contador de sets.

Si al saque Nadal se mostraba diferencial, al resto las pelotas altas hacían daño a Popyrin, que desde sus casi dos metros de altura no encontraba la manera de sobrevivir a la combinación de alturas del trece veces campeón en París. El segundo set acabaría en el bolsillo de Rafa con mayor facilidad del primero y, superada por poco la hora y cuarto de partido, el gran favorito ya estaba a un solo set de la segunda ronda.

Los dos primeros sets habían sido coser y cantar, pero en el tercero esperaba la sorpresa para Nadal y para el público de la Chatrier. Una mínima relajación se apoderó del tenis del balear, mientras Popyrin, sin nada que perder, comenzó a conectar tiros que anteriormente no aparecían. Así las cosas, el break caía en este caso del lado del australiano, quien sólido al servicio ponía un peligrosísimo 2-5 en el tercero, a punto de mandar el partido al cuarto set.

Remontada de campeón

Lo que había sido una inmaculada actuación de Nadal pasaba a contar con una mancha en su expediente, necesitada de una remontada de campeón para evitar el primer set perdido ya en el partido inaugural. Rafa cambió su estrategia y pasó a forzar a Popyrin en cada saque del australiano, obligándole a jugar siempre una pelota más, clamando al vértigo del que acabaría apoderándose el australiano. Lo que parecía una resolución sencilla se convertía en un break para Rafa que mandaba la decisión al tie break.

El partido seguía en juego, pero el golpe moral de verse ganador del tercer set había enterrado las posibilidades de Popyrin. La muerte súbita sólo tendría un tenista sobre la arcilla, el campeón de 2020 y gran favorito, que llega lanzado a la segunda ronda de Roland Garros, donde le espera un viejo conocido como Richard Gasquet.