EL CROATA FUE EL MEJOR JUGADOR DEL PARTIDO

Modric dominó el Clásico: 95% en pases, una asistencia y once recuperaciones de balón

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Modric y Busquets, en el Camp Nou. (Realmadrid.com)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

 

El primer Clásico de la temporada subió a los altares a una estrella mundial que se hizo con el partido y acabó siendo determinante en el juego y en el resultado final. Esta vez no fueron Leo Messi ni Cristiano Ronaldo los destinatarios de los elogios, sino un Luka Modric que no pudo darle la victoria a su equipo, pero que desde la posición de mediocentro marcó un partido que acerca al Real Madrid a su objetivo de hacerse con la Liga.

La dificultad de destacar en un Clásico, el encuentro con una mayor combinación de tensión y nivel de juego que se puede ver en el planeta, es muy alta, pero el hacerlo desde una posición prácticamente desconocida deja la hazaña solo al alcance de auténticos elegidos. Luka es interior, pero si fuera siempre mediocentro, por necesidad o voluntad de su entrenador, no cabe duda de que también estaría entre los mejores, si no el mejor, del mundo.

Después de un periodo inicial en el que el Madrid, aun sin pasarlo mal, no tuvo la iniciativa del juego, Modric decidió que para conquistar el Camp Nou había que dominar y comenzó a fabricar fútbol gracias a su técnica y un talento incomparable a la hora de leer el juego, tomar la decisión correcta y buscar aliados. El mapa de calor de la primera parte lo confirma: Modric lo fue todo. 

Mapa de calor de Luka Modric en el Clásico (1ª parte)
Mapa de calor de Luka Modric en el Clásico (1ª parte)

El elegido por el ’19’ para trasladar el peligro al área del Barcelona fue Isco, que destacó sobremanera del 25 al 45, habilitado siempre por un Luka Modric que se aprovechaba del hambre de balón del malagueño para conectar con él previo pase vertical, diagonal, o conducción marca de la casa.

Con una posición centrada, Modric, en vez de saturarse, disfruta el doble, y prueba de ello son los pases dados durante el encuentro, en todas las direcciones y con un acierto del 95% (59/62 con una posesión del 45%) que asusta.

Distribución y ejecución de los pases de Luka Modric en el Clásico.
Distribución y ejecución de los pases de Luka Modric en el Clásico.

En ataque, Modric fue el líder en el dominio madridista, sobre todo en los dos últimos tercios del primer tiempo, pero en defensa también se convirtió en hombre destacado con once recuperaciones de balón para su equipo y, aunque en la sombra, en la labor principal que encomendó Zidane a sus jugadores: encerrar a Lionel Messi.

En la jaula que el técnico francés diseñó para el Clásico de la temporada pasada y que buscó repetir, aunque con matices el sábado en el Camp Nou, Modric se convirtió en elemento diferencial. Con Messi arrancando desde banda derecha, Kovacic, que actuó como interior izquierdo en varios tramos, era el primer y duro –por físico– escollo para el ’10’ culé, pero el temple no es el mejor aliado del joven croata, por lo que Modric se encargó de cubrirle para anular todas las trampas que pudiera tenderle Leo, que acabó desquiciado con un nuevo cero en un Clásico gracias, en buena medida, a la inteligencia posicional del MVP del partido.

Aportación defensiva tangible de Luka Modric en el Clásico (sin recuperaciones de balón).
Aportación defensiva tangible de Luka Modric en el Clásico (sin recuperaciones de balón).

La actuación de Modric estaba rondando entre el notable alto y sobresaliente –para muchos– pero en una segunda parte en la que el equipo blanco sufrió tras el gol de Luis Suárez, el mediocentro del Real apareció para lograr un papel, secundario pero clave, en el momento decisivo del partido.

Caía prácticamente el minuto 90 en el luminoso cuando una falta de Arda permitía a Modric entablar una conversación gestual con Sergio Ramos, que segundos después remataba a la red un preciso centro del pequeño mago croata. «Ramos me dice dónde la quiere, yo la pongo ahí y marca; parece fácil ¿eh?», bromeaba Luka, que silenció a un Camp Nou que tuvo que rendirse a su jerarquía.

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