Las imágenes con las que agoniza el Barça con el Camp Nou: sin asientos, a medio hacer y con retrasos
Las imágenes actuales del Camp Nou, sin las butacas en el graderío, a medio hacer y sin césped, deja claro el retraso del Barcelona con las obras
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Los tiempos del Barça y las obras del Camp Nou están lejos de lo que visualizaba Joan Laporta y su cúpula meses atrás. Lo que era un secreto a voces tomó forma y fue oficial este miércoles con el correo remitido a sus socios por parte del Barcelona en la que confirmaban que la vuelta al Camp Nou en esa primera fase se posponía hasta febrero. Y es que, como dejan claras las imágenes del estado del Camp Nou a estas alturas del mes de noviembre, sin asientos y a medio hacer, el Barcelona lleva mucho retraso con las obras de su nuevo estadio.
La directiva del Barcelona justifica el retraso alegando las estrictas normativas de la UEFA, que impiden cambiar de estadio durante la fase inicial de la Champions League. Además, menciona las dificultades logísticas y los sobrecostes asociados a mantener dos instalaciones operativas de gran capacidad simultáneamente.
«Debido a la normativa UEFA que impide cambiar de estadio durante la fase inicial de la Champions League y las dificultades logísticas y el sobrecoste que supone mantener dos instalaciones de gran capacidad operativas al mismo tiempo, el Club ha decidido seguir jugando en el Estadi Olímpic Lluís Companys hasta la finalización de la fase inicial de la Champions League. Así pues, los partidos contra el Valencia CF y el Club Deportivo Alavés, correspondientes a las jornadas 21 y 22 de Liga, así como el de la jornada 8 de la Champions League contra el Atalanta, se disputarán en el mismo Estadi Olímpic Lluís Companys», señaló el Barcelona en un comunicado oficial en su página oficial.
Y es que las obras prosiguen con lentitud y lo que debía estar ya cerrado, sigue a medio hacer. Por ejemplo la primera gradería, donde se concentran los trabajos más importantes en estos momentos, sigue lejos de estar lista, y una vez concluidas las intervenciones estructurales, aún será necesario la instalación del césped y su cuidado, además de obtener los permisos para albergar a los 62.000 espectadores previstos en la vuelta del primer equipo culé de Hansi Flick a su templo.
El Camp Nou, actualmente desprovisto de asientos y a medio hacer, es una imagen que contrasta con la visión futurista que el Espai Barça promete. Mientras tanto, los aficionados azulgranas tendrán que seguir su peregrinaje cada una o dos semanas a Montjuic, un exilio forzado que, aunque necesario para asegurar el futuro del club, sigue siendo una carga tanto emocional como económica para los abonados culés, cada día más maltratados por el club blaugrana.
La jugarreta del Barcelona a sus socios
Y es que los abonados del Barcelona deberán extender su estadía en el Olímpico de Montjuic y pagar la parte proporcional correspondiente. Según el correo enviado por el club, los partidos de enero contra el Valencia y el Alavés (en Liga) y el Atalanta (en Champions) se disputarán en el Lluís Companys. Solo los encuentros ligueros supondrán un coste adicional para los abonados, ya que la primera fase de la Champions estaba contemplada ya así.
Sin duda, el impacto económico es significativo. Las obras del nuevo Camp Nou representan una inversión total de 1.450 millones de euros, de los cuales 960 millones corresponden exclusivamente al estadio, no todo al Espai Barça, con el Palau Blaugrana. Cada día de retraso en las obras tiene un coste aproximado de un millón de euros según informó el club. Aunque el estadio remodelado abrirá sus puertas con una capacidad limitada de 64.000 asientos, incluyendo 2.600 plazas VIP diseñadas para acelerar la recuperación de la inversión, no será hasta agosto de 2026 cuando se complete el aforo total de 104.200 espectadores.
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