El hundimiento del Barça B: de quedarse a un paso de ascender al fútbol profesional a Segunda RFEF
El Barça B cae al pozo de la Segunda RFEF tras una temporada nefasta donde el primer equipo desarmó la plantilla que rozó el ascenso a plata
El final no pudo ser más cruel: rozó la carambola de la permanencia pero se esfumó en el descuento
Fracaso del filial del Barcelona: desciende a la cuarta categoría… ¡con un gol en el último segundo!

El Barça B ha dado por finiquitada una de las temporadas más trágicas de su historia reciente con el descenso a Segunda RFEF, la cuarta categoría del país, apenas un año después de haber estado a punto de alcanzar el ascenso a Segunda División. El filial azulgrana, que la pasada campaña rozó la categoría de plata bajo la dirección de Rafa Márquez, ha experimentado una caída libre este curso que le deja fuera de la Primera RFEF, pagando los platos rotos del primer equipo, la apuesta por multitud de jóvenes que han hecho mella en el futuro de La Masía.
El desenlace fue cruel y desgarrador. En la última jornada de liga, los de Sergi Milà todavía conservaban una mínima esperanza de permanencia. Necesitaban ganar a Unionistas en el Johan Cruyff y esperar una combinación favorable de tres resultados en otros campos. Y durante unos minutos, el milagro pareció posible, lo tocaron con la punta de sus dedos…
El Barça B remontó el partido ante Unionistas (2-1) y el resto de marcadores le eran favorables. Pero en el minuto 95, un gol de Osasuna Promesas en Tajonar provocó el empate ante Ourense (1-1) y condenó a los catalanes al descenso.
A pesar de la reacción final, la temporada del Barça B ha estado marcada por la inestabilidad, la falta de continuidad y una planificación que no ha dado los frutos esperados. El equipo finaliza en la decimosexta posición, a sólo un punto de la salvación, tras un curso en el que nunca logró despegarse de la zona baja de la tabla. Ni el relevo en el banquillo, tras la llegada de Sergi Milà por Albert Sánchez en febrero, ni el cambio de rumbo en la parte final del campeonato evitaron una caída que parecía inevitable desde hacía semanas.
Y es que en la dirección deportiva del filial los problemas han sido múltiples. Hasta 34 futbolistas han pasado por la plantilla esta temporada, sin una base sólida ni una alineación reconocible. La promoción prematura de varios jóvenes de la cantera al primer equipo, como han sido de una tajada este verano los casos de Pau Cubarsí, Héctor Fort, Pau Víctor, Marc Bernal, Gerard Martín o Marc Casadó, han debilitado al filial desde el primer tramo de competición. A esto se sumó la marcha de Unai Hernández al Al Ittihad de Arabia Saudí en enero y la situación contractual de Pau Prim, apartado tras negarse a renovar todo el 2025.
Todo este cúmulo de decisiones, más la falta de experiencia de la plantilla actual, ha sido un lastre todo el año. El equipo ha tenido que recurrir a juveniles como Guille y Toni Fernández o Pedro Rodríguez, futbolistas con mucho talento pero sin el bagaje necesario para competir en una categoría exigente como la Primera RFEF. La apuesta de Albert Sánchez, técnico elegido para relevar a Márquez, no cuajó, y los resultados negativos se acumularon hasta provocar su destitución tras ocho partidos sin ganar.
Así, 18 años después, el filial azulgrana regresa a la Segunda RFEF, la cuarta división del país, lo que hasta hace poco era conocido como Tercera División. El Barça B ha sido el fiel reflejo de una temporada fallida, marcada por decisiones más que cuestionables por parte de la dirección deportiva culé, una plantilla descompensada y la falta de un proyecto sólido. Un equipo que, tras rozar el fútbol profesional, ha acabado empujado al pozo de la cuarta división del país…