Los hombres ‘G’ acaban con la Juventus
El Atletico de Madrid venció 2-0 a la Juventus en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League gracias a los goles de Godín y Giménez
El Atlético de Madrid se impuso por 2-0 a la Juventus en el partido de ida de los octavos de final de la Champions League gracias a los goles de los dos centrales uruguayos Giménez y Godín. Los de Simeone fueron un rodillo y pasaron por encima de una Vecchia Signora que da gracias por no ser tan abultado el resultado.
Volvía a vivirse una de las grandes noches en el Metropolitano. Una de esas que puede ir haciendo sentimiento en la nueva casa de los colchoneros. Un partido de Champions a la altura del nuevo estadio después de que en la primera temporada la parroquia colchonera tuviese que conformarse con una fase final de Europa League, pero que no hay que obviar que dio alegrías…y locuras, como la de Simeone en el choque frente al Arsenal.
Hablando del Cholo, sorprendió a todos con la titularidad de Diego Costa, que este año sólo ha jugado una media hora. El hispanobrasileño, que se llevó una amarilla a los siete minutos y no podrá estar en la vuelta, volvía a al Metropolitano y volvía a hacer de las suyas. Junto a él, Antoine Griezmann, por lo que Morata se quedaba en el banquillo. Rodri, Saúl, Koke y Thomas conformaban la medular, mientras que Simeone colocaba en la zaga a Filipe, Juanfran, Godín y Giménez.
En la portería, por si algún lector lo dudaba, era para Jan Oblak. Que no tardó ni diez minutos en ser protagonista. Falta que dispara Cristiano Ronaldo y palomita que te pego del guardameta esloveno, que casi no está haciendo méritos para la renovación -nótese la ironía-. Si el superhéroe de guantes estaba bien, no estaba peor Antoine Griezmann. El francés entró con ese liderazgo que se le pide. No paraba de ofrecerse ni de intentar combinar, como tampoco le temblaban las piernas para tratar de hacer alguna diablura que permitiese al Atlético adelantarse en el marcador.
El Metropolitano rugía. 69.000 se dejaban la voz. Los gritos retumbaban en un estadio que parecía un coliseo que tenía sobre la tierra a un Cristiano y a ‘su familia’. El ex del Real Madrid se llevaba la pitada cada vez que su pie entraba en contacto con el cuero. La tocaba, silbidos. Hacía aspavientos como en su etapa en el conjunto blanco, más música angelical de viento. Disparaba a las nubes, y su mítico grito de siuuuh. Daba mal un pase, y más pitos. Se dolía en el suelo y le cayó una pitada, una lluvia de abucheos…y recuerdos de Hacienda desde la grada.
‘Gigi’ Szczesny
Rondaba la media hora cuando el colegiado señaló penalti por un agarrón de De Sciglio a Diego Costa, pero ahora el VAR también ha llegado a la Champions y quiso aportar las imágenes. La revisión demostró que la infracción se había cometido fuera del área mientras en la grada algunos recordaban la acción entre Giménez y Vinicius en el derbi madrileño. El libre directo lo tiró Griezmann, que obligó a Szczesny a estirarse para evitar el primer gol del partido.
Sonaba el pitido que mandaba a ambos conjuntos a refrescarse un poco en el intermedio. El Atlético, mejor en esta final anticipada que brindaba la Champions. Los de Simeone estaban siendo superiores a la Juventus, una de las favoritas, y que, según algunos expertos, iba a pasar por encima de los colchoneros. Pero todo lo contrario. La Vecchia Signora se iba al intermedio con un valioso 0-0 visto lo visto en el primer acto. Habría que esperar a la segunda mitad.
Volvieron los jugadores del Atlético al terreno de juego, unos minutos antes que los de la Juventus, que parecía que se lo tomaron con calma. Eso, o que Allegri les estaba echando una bronca mayor que la de una madre a un adolescente después de haber suspendido hasta Educación Física y Plástica. Pareció surtir efecto, porque los transalpinos salieron mejor, aunque concedieron la ocasión más clara de la noche y, posiblemente, de la historia del fútbol. Arrancada de Diego Costa, que se queda solo delante de Szczesny, que le deja la portería libre al resbalarse, y el hispanobrasileño la manda incomprensiblemente fuera ante un público que se quedó patidifuso, a la par que anonadado, y que no tardó en reaccionar y corear su nombre.
ÁlVARo Morata
El sucesor de Buffon volvió a ser protagonista minutos después. Dejó claro que con su resbalón ya le dio una oportunidad al Atlético y que si no lo aprovecharon, pobrecitos de ellos. El polaco sacó una mano providencial a una vaselina de Griezmann que iba directa a gol. El balón tocó el larguero y el rechace, a los pies de Chiellini, que no dudó ni un instante en mandar a córner para que Diego Costa no cogiese el rebote. El de Lagarto fue sustituido por Morata, como Thomas -que tampoco estará en la vuelta al ver una amarilla- por su tocayo Lemar.
Con casi media hora por disputarse, Simeone agotaba sus cambios mientras la Juventus no había hecho ni uno. Correa entró para revolucionar el partido en lugar de un Koke que regresaba tras la lesión. La entrada de Angelito arrastró a Griezmann a la banda, él a la otra y Morata, en punta. No tardó en golpear Alvarito, que volvió a hacer un gol…y el VAR se lo quitó por segunda vez en cuatro partidos. El delantero remató entre Chiellini y Bonucci, que exageraron una falta que fue determinante para que la tecnología desatase las quejas del Metropolitano, de todos los futbolistas y del banquillo al completo al anular el tanto.
Minutos más tarde, los jugadores de la Juventus volvieron a acercarse a que el árbitro fuera a revisar el VAR. ¿Motivo? Giménez abrió la lata tras un córner a favor del Atlético. Lo intentó Morata y el rechace quedó al central uruguayo, que no falló y desató la fiesta en el Metropolitano. Superioridad tal que el 1-0 significaba un resultado demasiado corto, pero, sin duda, era mejor que el 0-0. Restaban 10 minutos para el pitido final y los colchoneros lo tenían claro: había que llevar la eliminatoria encarrilada a Turín.
Dicho y hecho. De centrales uruguayos iba la cosa y Godín se unió a la fiesta para poner el 2-0 en el luminoso. Falta lateral que bota Griezmann, otro rechace que hay que ir a buscar y llega el capitán colchonero para, sin ángulo, mandar el balón al fondo de la red, previo roce del cuero con el cuerpo de Cristiano Ronaldo. Con otra parada salvadora de Oblak se llegó al final del choque con un Metropolitano entregado al pundonor de los suyos. Pitido final y los ‘Hombres G’ mordieron como las chicas cocodrilo de su canción y firmaron un jaque ‘mate’ uruguayo a una Juventus que irá en clara desventaja al partido de vuelta.