Remontó a Stephens en una final para el recuerdo

Halep rompe su maldición y se corona en Roland Garros

Primer Grand Slam para Simona Halep en su cuarta final

Se afianza en el número uno del ranking WTA

Simona Halep
Simona Halep, con el trofeo de campeona de Roland Garros. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
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Simona Halep ya puede presumir de pertenecer al club de campeonas de Grand Slam. La número uno del mundo, verdugo de Garbiñe Muguruza en semifinales, se impuso a Sloane Stephens (3-6, 6-4, 6-1) en una final para el recuerdo en Roland Garros. La tenista rumana comenzó perdiendo y sufriendo ante el empuje de su contrincante, pero se levantó con una reacción espléndida para acabar como vencedora del segundo grande del año.

El inicio, al contrario de lo que se podía presagiar, vio a una Halep superada en potencia, movilidad y cabeza por Stephens, a la que su pleno en finales –6/6 hasta el día de hoy– le otorgaban una confianza suficiente como para comenzar con un break de ventaja el partido por el título en Roland Garros.

Stephens se estaba mostrando muy superior en la pista y también en la batalla psicológica. Su semblante, siempre tranquilo en apariencia, ponía en jaque a la número uno del mundo, ansiosa en su cuarta final de un grande sin ningún título aún en su haber. El cierre del primer set vino acompañado de una rotura inicial en la segunda manga para Sloane, que parecía rozar su segundo Grand Slam en menos de un año.

Los golpes de la americana hacían más daño, y Halep no tuvo otro remedio que ponerse el traje de pegadora sin quitarse el de guerrera, un cóctel que le permitió primero igualar la contienda parcial y después aprovechar los fallos de la talentosa Stephens para poner las tablas en el marcador también en lo que a sets se refiere.

Halep pasa el rodillo

El golpe fue demasiado duro para la vigente campeona del US Open, que vio como al otro lado de la pista se encontraba un terremoto capaz de devolver cualquier bola, intimidante en cada grito y enfocada en cuerpo y alma en levantar su primer trofeo de campeona de Grand Slam. Stephens estaba contra las cuerdas.

Los puntos se repartían, a cada cual más épico, para rellenar unos juegos que en su totalidad iban a parar al marcador de Halep, mucho más determinante y fresca en su físico que una Stephens agotada también mentalmente. Presa del pánico después de haber sido la calma personificada, Sloane acabó cediendo ante los golpes paralelos de Simona, que terminaron de dibujar, tras dos horas de partido, su primera conquista en Roland Garros.

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