Un gol antes de hacer las maletas
Un gol de Saúl, que está cerrando su cesión al Valencia, le da la victoria al Atlético
El canterano no marcaba con la camiseta rojiblanca desde enero de 2021
Osasuna encajó cuando más cerca parecía estar de la victoria
Octavo triunfo rojiblanco en sus nueve últimos partidos en El Sadar
A horas de cerrar su cesión al Valencia por un año y medio Saúl Ñíguez puede haberle hecho hoy su último servicio al Atlético. El canterano, que no marcaba un gol con esta camiseta desde enero de 2021, le dio al equipo una victoria balsámica en El Sadar con un tanto decisivo que resolvió un partido que se le estaba poniendo muy cuesta arriba. Octavo triunfo rojiblanco en sus nueve últimas visitas a Pamplona.
Saúl apareció como un espíritu benigno en el peor momento del Atlético en el partido para amortiguar un magnífico pase de De Paul y batir a Aitor Fernández con su pierna derecha sólo unos instantes después de que Oblak hubiera evitado el 1-0 y sin que hubiera ningún indicio que llevara a pensar que su equipo podía sumar los tres puntos. Sea como sea, la victoria era imprescindible para mantener posición Champions y para elevar la moral tras la dolorosa derrota ante el Real Madrid.
Escarmentado por las últimas goleadas recibidas ante el Atlético en El Sadar, Jagoba Arrasate se marcó el cero en su portería como primer objetivo y tiró muy atrás la línea de presión para protegerse de un rival necesitado que sabía que tarde o temprano no tendría más remedio que arriesgar. El Atlético, como respuesta, tampoco se atrevió a tomar la iniciativa y aceptó el reto de plantear el partido como un escenario a largo plazo.
La consecuencia fue una primera parte de mucho músculo pero poca profundidad, sin disparos a puerta y apenas sin ocasiones. La única, al filo de la media hora, en un cabezazo de Giménez tras saque de esquina que no cogió la dirección correcta. Muy poco bagaje que echarse a la boca para justificar 45 minutos decepcionantes de un Atlético psicológicamente muy tocado tras su derrota en el Bernabéu.
Simeone reaccionó rápido en el descanso y dejó en el vestuario al una vez más inoperante Lemar para buscar con Carrasco más profundidad por la banda. El movimiento provocó una respuesta positiva del equipo, que aceptó el papel de favorito y se acercó por primera vez con cierto peligro a la meta de Aitor Fernández, que tuvo que intervenir en un disparo de Griezmann a cuyo rechace no llegó luego Correa. Osasuna tardó en dar réplica, pero cuando lo hizo fue contundente. A los 55 minutos el Chimy Ávila se elevó por encima de todos para cabecear fuera un centro desde la derecha de Diego Moreno.
Viendo que el lobo no era tan fiero como lo pintaban, Osasuna dio un paso hacia adelante y suya fue la mejor ocasión del partido a los 62 minutos cuando un centro de Abde encontró en el segundo palo a Moi Gómez, que obligó a Oblak a mostrar la mejor de sus versiones. El Cholo, molesto por el freno que había echado el equipo, retiró del campo a Pablo Barrios y Correa y le dio una oportunidad al goleador Álvaro Morata y a Saúl, éste ya en la rampa de salida hacia el Valencia.
Al contrario de lo que había sucedido en el descanso, esta vez no hubo reacción rojiblanca. Al contrario, Osasuna siguió creciendo y a los 71 minutos dispuso de su segunda oportunidad en un disparo del lateral Diego Moreno ante el que volvió a imponerse Oblak. Simeone, visiblemente molesto, abrió las manos como aspas reclamándole más sangre a sus futbolistas.
De Paul recogió el guante lanzado por su entrenador y sólo un minuto más tarde mostró uno de los atributos que le llevaron al Atlético, su magnífico pase largo. El argentino armó su pierna derecha desde campo propio y le regaló a Saúl un pase perfecto que le dejó solo ante Aitor Fernández. El ilicitano bajó el balón, se lo pasó a su pierna derecha y marcó su primer gol de la temporada.
Osasuna lo intentó todo para restablecer las tablas, pero la realidad fue que estuvo más cerca el 0-2 que el 1-1. Griezmann estrelló un remate contra la cara de Aitor, Morata le entregó a Moncayola un pase que debía haber acabado en gol del propio Griezmann y por supuesto el equipo no dejó de sufrir hasta que Alberola Rojas pitó un final que le garantizaba tres puntos imprescindibles que por lo menos servirán para calmar el ambiente.