El gafe de Benzema
No está siendo el mejor momento de Karim Benzema en el Real Madrid. El francés, a pesar de tener la confianza de entrenador, directiva y compañeros, está muy lejos de su mejor nivel y eso se traslada al césped, donde lleva tiempo sin aportar todo lo que nos tenía acostumbrados desde su llegada al Santiago Bernabéu en el verano del 2009.
El delantero galo solo suma 5 goles en Liga cuando ya se ha entrado en la segunda vuelta y no anota desde el partido de vuelta de los octavos de final de Copa del Rey en Sevilla cuando evitó, en el último minuto, la derrota de su equipo y alargar la racha de partidos sin perder hasta los cuarenta. Además, el porcentaje de acierto de cara a puerta está muy lejos del que ha tenido otras temporadas y de un futbolista de su nivel ya que ha rematado a la portería contraria un total de 34 ocasiones para solo cinco tantos lo que arroja un pobre porcentaje de acierto del 15%.
Pero ya no solo se trata de números, sino también de sensaciones. Benzema, acostumbrado a convertir goles en genialidades, ahora no marca ni las ocasiones más sencillas. En el partido de ida de Copa frente al Celta, marró un disparo a puerta vacía desde la corona del área pequeña lo que hubiera supuesto el empate a dos.
Días más tarde, ante el Málaga, volvió a desaprovechar una oportunidad muy similar, demostrando que lo que le ocurre, seguramente se deba a falta de confianza. Pero la evidencia llegó en El Sadar, donde Karim había comenzado bien asistiendo a Cristiano en el primer gol del partido, pero en el que el francés falló una ocasión tras pase de la muerte que convirtió en parada la estirada de Sirigu.
Por todo ello, Benzema parece gafado, y todo ello con Morata pidiendo minutos desde el banquillo. Ahora llega su competición fetiche, la Champions League, donde el francés siempre aparece. El miércoles parece un buen día, y el Nápoles un buen rival, para que el delantero galo vuelva a ser el que era.