Francia se cuelga el bronce tras una gran remontada (67-59)

Francia se colgó su segunda medalla de bronce consecutiva en el Mundial de baloncesto tras vencer a Australia por 67 a 59 en Pekín.

Los galos, que habían subido al podio mundial por primera vez en la anterior edición en España en 2014, consiguieron remontar un partido que se les había complicado y en el que fueron 15 puntos abajo en el tercer cuarto.

Australia se queda en cuarta posición por segundo gran evento consecutivo, después de haber perdido también el duelo por el bronce en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.

Batum lideró la reacción del combinado galo en el tercer cuarto, acompañado de un De Colo que terminó con 19 puntos y ofreció la primera ventaja para los suyos en el cuarto definitivo. Poco a poco, fueron encarrilando la victoria.

Fue Joe Ingles, con 12 puntos al descanso, el que tiró del cuadro oceánico en una primera parte de baja anotación en la que ambos equipos exhibieron su dureza. Australia logró secar por completo a Gobert, que no consiguió puntuar, y con ello a Francia, que se quedó en un 25% de acierto en tiros de campo (21-30).

Fue en la reanudación cuando los de Vincent Collet consiguieron meterse de nuevo en el partido, y su artífice tiene un nombre: Nicolas Batum. Desatado, cambió él solo la dinámica e hizo creer en la remontada, que se quedó cerca cuando Poirier puso a los franceses a dos puntos y provocó el tiempo muerto solicitado por el seleccionador australiano.

El vuelco se hizo real al principio del último cuarto con dos tiros libres anotados por De Colo (47-46), que luego firmó un triple para aumentar la diferencia. Patty Mills impedía que la ventaja se hiciese más grande, y la igualdad reinó en los últimos minutos.

A falta de 38 segundos, Australia se encontraba cuatro abajo, pero una canasta de tres de Albicy y el acierto desde la línea de personal consolidaron un renta definitiva para Francia.