La esterilidad de Griezmann enciende las alarmas en el Atlético

La esterilidad de Griezmann enciende las alarmas en el Atlético porque llega en el peor momento posible, en un mes decisivo en el que el equipo se juega no sólo su pase a la final de la Copa del Rey, sino su futuro en la Champions o incluso en la Liga, donde aún conserva una pequeña esperanza. El francés lleva seis partidos sin marcar, pero lo peor no es su sequía ante el gol, sino la forma en la que ha bajado su incidencia en el juego. Antoine está en su pico de forma más bajo de la temporada.

Da la impresión además de que pueda tener algún problema físico que no se haya hecho público, pero que le esté lastrando. En el partido de ayer ante el Athletic se le notó reticente a la hora de armar la pierna para disparar, una de sus mejores herramientas. Tuvo un par de remates francos y en el primero sacó un tirito flojo que no fue ni a puerta mientras que en el segundo chutó sin demasiada potencia al lugar donde se encuentra el portero. A años luz del golazo que le marcó a Lunin desde una esquina en la prórroga del choque de octavos de final de la Copa del Rey.

Es posible también que la sobrecarga de partidos le esté pasando factura al principito, que por primera vez está mostrando en este curso rasgos humanos porque lo había jugado absolutamente todo tanto con el Atlético (con la única excepción del encuentro ante el Rayo, en el que salió en la segunda parte, o en el del Anxo Carro de Lugo, en el que también apareció en el campo tras el descanso). De 34 partidos oficiales ha jugado 32 como titular. Una barbaridad. El cansancio sería una explicación bastante plausible a su actual momento de forma, pero lo malo es que llega precisamente en el instante de la temporada en el que el Atlético necesita a Griezmann más que nunca.

En lo que queda de mes el equipo debe hacer frente a cinco encuentros vitales: tres en Liga ante Sevilla, Las Palmas y Almería, otro en Champions ante el Inter en San Siro el próximo día 20 y, por supuesto, la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey el 29 de febrero en San Mamés, en un encuentro que con toda seguridad será de máxima exigencia. Recuperar al mejor Griezmann es vital para el Atlético, pero lo malo es que el calendario no da respiro y hoy por hoy parece impensable una alineación en la que no esté el francés. Al final es la pescadilla que se muerde la cola.