El Barcelona se impuso al Valladolid por la mínima

Dembélé encuentra oro en el patatal

Alineación Barcelona
Dembélé celebra su gol al Valladolid. (AFP)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Una lucha titánica, con un césped de tercera y un campeón que no fue de primera… pero ganó. El Barcelona sumó su segunda victoria consecutiva en la Liga Santander tras imponerse por la mínima a un meritorio Valladolid, que supo poner en apuros a un rival que ganó con lo justo y con Ousmane Dembélé como hombre más destacado. Suyo fue el gol del triunfo y también la participación más constante y productiva en un Barça que no recordará el partido más allá de los tres puntos. El VAR dio su toque al partido al anular un gol de Keko que llevó la locura a las gradas del José Zorrilla durante unos segundos, pero la posición antirreglamentaria del jugador blanquivioleta abolió cualquier posibilidad de gesta.

Al Barcelona le costó entrar en el partido por las múltiples trampas que iba a ponerle el José Zorrilla. La primera, un césped que empezó por impedir la transición del balón y según avanzaron los minutos hizo lo propio casi con los jugadores, disparando su propensión a lesiones inesperadas. La segunda, la disposición de Sergio González, que ideó un entramado preparado para subsistir ante el talento de los Messi, Coutinho y compañía.

Tampoco favoreció a Valverde la nula productividad de los dos artistas anteriormente mencionados. Apagados el ‘7’ y el ’10’ y con el ‘9’ fuera de punto, fue Dembélé un día más el que puso el moderado peligro del Barça en los primeros minutos, inferior al que Unal llevaba junto a Villa y Plano en cada contra del Valladolid, forzando a Ter Stegen a hacer lo mismo que Oblak horas antes: demostrar que es uno de los mejores del mundo en su posición.

La insistencia de Dembélé hizo cambiar el chip a sus compañeros, que se pusieron manos a la obra con un juego más directo que provocó el retroceso definitivo y obligado del Pucela, cuya barrera seguía sin caer a pesar de los múltiples córners y ocasiones de que dispuso el vigente campeón liguero. Masip, otrora tercer portero culé, demostró el porqué de su titularidad en primera frenando primero a Suárez y más tarde a Coutinho, antes de que De Burgos Bengoetxea mandara a los 22 protagonistas a vestuarios… y a los operarios del José Zorrilla a intentar arreglar el patatal.

La segunda mitad trajo un paso atrás del Barcelona, no tan volcado y con más calma en sus acciones, pero que encontró pronto el premio. Una acción de ‘Premier’ trajo una dejada inteligentísima de Sergi Roberto, con la cabeza, para que Dembélé fusilara a Masip para poner el 0-1. La lata estaba abierta, pero los culés tenían que seguir remando si no querían pinchar en Valladolid.

Con el desparpajo y la inocencia de un novato, el Valladolid, clásico de los clásicos a pesar de la condición de recién ascendido, se volcó hacia la portería de Ter Stegen. El Barça dudaba y sus rivales optaron por ponerles a prueba, ya sin nada que perder después del gol de Dembélé. Alguien iba a tener la ocasión de ser el héroe y la oportunidad, o la patata caliente, le cayó a Keko, uno de los nuevos.

El VAR fue el villano en Pucela

El extremo vio, desde posición privilegiada, como se juntaban dos factores diferenciales a su favor en un momento inmejorable. El centro de Cop era perfecto y el resbalón de Jordi Alba, en visión Valladolid, también. Su remate, en cambio, distó de llegar al aprobado. Manso y a las manos de Ter Stegen, que veía como su equipo le estaba defendiendo de forma deficiente, pero seguía sano y salvo sin tener que esforzarse de más.

Ya en los últimos minutos, dos goles anulados por el VAR marcaron el devenir del choque, uno dramático de ellos para el Valladolid, en el último minuto y con la grada absolutamente loca tras el gol, de cabeza tras esta vez sí, un cabezazo inapelable de Keko. El extremo anotó, se quitó la camiseta y enloqueció al igual que sus compañeros, pero al igual que Luis Suárez minutos antes, estaba ligeramente adelantado y el VAR le quitó la alegría a él y a un combinado de equipo + afición que han demostrado, al contrario que su campo, que sí son de primera.

 

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