EUROCOPA 2016: PORTUGAL 3-3 HUNGRÍA

Cristiano… ¡¡¡y a callar!!!

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Cristiano celebra uno de sus dos goles ante Hungría. (Reuters)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Un Cristiano Ronaldo sobrehumano se echó a un país a la espalda y metió a Portugal en octavos. Y eso que jugó solo y contra los húngaros y sus compañeros, pero nadie pudo pararle. Marcó dos golazos impresionantes, uno de ellos el mejor de la Eurocopa, y asistió a Nani en el primero. De golpe y con fuerza CR7 tapó todas las bocas.

Salió Portugal a las armas dispuesto a sellar su pasaporte a los octavos por la vía rápida. Con Cristiano Ronaldo de ariete, dispuesto a cabecear lo mismo un centro de Moutinho que un micrófono. Hungría, bien colocada como un sindicalista andaluz, esperaba su ocasión para pegar un zarpazo a la contra.

Pero la primera ocasión fue de los húngaros, después de que Pepe cabeceara alto contra su propia portería. El dominio portugués se estrellaba contra la defensa magiar con el descontrol de los ataques de los salvajes contra el Muro de la Guardia de la Noche.

Respondió Nani con un cabezazo alto, esta vez sí contra la portería correcta, a los doce minutos. El duelo era una sucesión infame de voleones y pelotas a ninguna parte. Ronaldo conectó su primer remate a los 16 minutos a centro de Vieirinha. Alto.

Pero los húngaros dieron primero con un golazo de Gera, que conectó una tremenda volea a la salida de un córner como si fuera el mismísimo Zidane pero a bote pronto, que se coló a la izquierda de Rui Patricio. A Portugal se le torcían las cosas y a Cristiano el gesto. Dos minutos después el meta luso evitó el segundo después de un remate a bocajarro de Elek, que estaba en fuera de juego, tras una diagonal de Szalai que enseñó todas las costuras de un Pepe incapaz de dar una a derechas en todo el torneo.

Cristiano enfurecido

El centro del campo de Portugal era tan inexistente como los Reyes Magos. Cristiano Ronaldo se desesperaba en busca de balones invisibles. El luso intentó una falta que estaba a cuatro hectáreas de la portería de Kiraly y el cuarentón meta húngaro desvió el disparo a córner después de dar con sus vetustos huesos en el suelo.

Los lusos apenas vivían del balón parado, pero CR7 tenía el punto de vista igual de desviado que durante toda la Eurocopa. A los 40 minutos a Portugal le anularon un gol con toda justicia porque Pepe estaba tres metros en fuera de juego. En la contra siguiente Hungría rondó el segundo y precisamente el propio Pepe evitó el tanto.

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Cristiano Ronaldo celebra el gol de Nani. (Reuters)

A los 42 Portugal encontró el empate después de que Cristiano se disfrazara de Iniesta y diera una gran que Nani remató con precisión de primeras. En cuanto el crack del Real Madrid abandonó la posición de ‘9’ y se alejó de todos los defensores húngaros en el área, su juego mejoró. Pero hay entrenadores obtusos cuyos planteamientos tácticos son un puro despropósito. Fernando Santos es uno de ellos.

El gol de la Eurocopa

En la reanudación Portugal se llevó un segundo disgusto. Fue en una falta que ejecutó Dzsudzsak y tocó en André Gomes. Su disparo cambió de trayectoria y despistó a Rui Patricio. A los lusos les tocaba volver a remar porque el tanto les dejaba fuera de la Eurocopa.

Pero la alegría magiar apenas duró tres minutos, los que tardó Cristiano en marcar el gol de la Eurocopa. Fue un centro lateral de Joao Mario en el minuto 50 que fue directo al área grande. Allí estaba CR7 con la caña preparada para conectar a un toque, a bote pronto y de media espuela un gol maravilloso, pleno de estética, precisión y belleza.

Pero Portugal se empeñaba en darle emoción al partido y en pegarse, una y otra vez, tiros en el pie. Esta vez fue Nani el que desvió el disparo de Dzsudzsak y ayudó a que Hungría marcara el tercero. Cristiano se desesperaba, gritaba, gesticulaba… Quería matar a todos sus compañeros. Y con razón.

Pero Cristiano nunca se rinde. El crack luso volvió a echarse a su país a la espalda y cabeceó el tercero con un remate marca de la casa. Se elevó entre defensores húngaros como si tuviera motores en las piernas y se quedó suspendido en el aire para devolver a Portugal a los octavos. Un minuto después, en el 62, Hungría tuvo el cuarto, pero el remate de Szalai se estrelló contra el poste derecho de Rui Patricio.

Ronaldo estaba desatado. Tuvo en sus botas un par de veces el hat-trick, pero su cabezazo primero y su remate picado después se fueron por encima de la portería de Keraly. Pasaban los minutos y Portugal cuidaba su valioso empate. A Hungría no le quedaba gasolina para ir a por el cuarto, ni tampoco le hacía falta, porque estaba clasificada, así que en los últimos minutos ambas selecciones firmaron tablas… y tan contentas.

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