Coutinho es una ruina
Philippe Coutinho se convirtió en el fichaje más caro del Barcelona a su llegada en enero de 2018. El conjunto azulgrana no ha logrado sacar rendimiento al centrocampista brasileño y decidir su futuro se ha convertido en asunto prioritario aunque ninguna opción resulta satisfactoria para el equipo catalán
Resolver el futuro de Philippe Coutinho se ha convertido en un asunto primordial para el Barcelona aunque las soluciones no son fáciles: aun teniendo varios pretendientes en el mercado, su venta sería a un precio muy inferior al que pagaron los azulgranas y de seguir en el equipo haría un agujero mayor en las arcas del club. El club busca otra cesión pero las condiciones tampoco favorecen el entendimiento con otros equipos.
Philippe Coutinho llegó al Barcelona en enero de 2018, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club azulgrana -120 millones más variables-. Su fichaje sorprendió, pues hasta ese momento no era habitual emprender operaciones tan elevadas en el mercado de invierno, más teniendo en cuenta que para entonces existía la imposibilidad de jugar el resto de temporada en la Champions League al haber participado con el Liverpool en la fase de grupos.
Tras año y medio en el Barcelona intentando hacerse su sitio, el centrocampista brasileño ponía rumbo el pasado verano a Múnich, a donde se marchaba cedido al Bayern una temporada. Ahora, el conjunto bávaro ha descartado su fichaje y Coutinho regresará a la Ciudad Condal para que el Barcelona decida qué hacer con él, una cuestión nada fácil de responder.
El jugador es considerado transferible y son varios los clubes atentos a su situación, pero las circunstancias no son nada alentadoras para el Barcelona consciente de que su venta sería a un precio mucho inferior que el que pagaron al Liverpool. Además, si optan por mantenerlo supondrá un coste añadido: 20 millones más a los reds, además de su elevada ficha.
El principal obstáculo, su elevada ficha
El Barcelona contempla como mejor opción encontrarle un nuevo equipo al que se marche cedido, con varios clubes entre los candidatos. Sin embargo, las condiciones que ponen los azulgranas no facilitan la tarea: piden en contrapartida unos 10 millones de euros y que además el equipo al que vaya asuma la totalidad de su ficha. Algo que no es fácil de encajar ya que la gran mayoría de los clubes está pasando por dificultades y que su salario supera incluso al de jugadores que tienen en propiedad.