Los checos temen un ‘biscotto’ entre España y Croacia

Comienza el runrún con la posibilidad de un biscotto entre España y Croacia en el último partido de la fase de grupos de la Eurocopa. En el seno de la Selección prefieren no hablar del tema, pero algunas declaraciones y el hecho objetivo de que con un empate todos estarían contentos hace que el asunto esté sobre la mesa.
No ayudaron ayer las palabras del centrocampista croata Ivan Rakitic a varios medios españoles. «Creo que tanto ellos como nosotros queremos ser primeros de grupo para tener después un camino mejor, pero sí, no vamos a tener prisa ninguno. Un empate no está nada mal», dijo.
Tal y como explica el jugador del Barcelona, un punto serviría a ambos combinados para pasar de ronda. España lograría el primer puesto del Grupo D y Croacia obtendría su pase a octavos como segundo. Por otro lado, salir sin tanta tensión permitiría a ambas selecciones jugar a una marcha menos y llegar más descansados al próximo encuentro, algo importante pues los jugadores llevan muchísimos partidos a las espaldas esta temporada y las posibilidades de lesionarse también están ahí.
Los checos, para sacar el billete directo a los octavos de final, deben vencer a Turquía y esperar a que España ganase a Croacia. De esa forma, acabarían segundos de grupo condenando a los balcánicos a esperar para ser uno de los mejores terceros.
Vuelve a escena el famoso ‘biscotto’
La palabra biscotto se puso de moda la Eurocopa de hace cuatro años con los mismos protagonistas e Italia involucrada también, pero España ganó 1-0 con gol de Jesús Navas y los rumores se esfumaron.
En la concentración española prefieren no oír hablar de un supuesto arreglo con Croacia, aunque lógicamente será un partido con una tensión competitiva diferente a los dos anteriores contra Turquía y Chequia, ya que incluso Vicente del Bosque prepara cambios en el equipo para dar descanso a algunos jugadores.
“Tenemos que ganar o empatar para quedar primeros, se enfrentan dos de los mejores centros del campo”, dijo Silva, evitando meterse en el charco del famoso biscotto.