Al Castilla ya le han birlado 9 puntos

Los errores arbitrales están saliendo muy caros al Castilla. El filial madridista ha sido muy castigado por los colegiados en los primeros 17 partidos de la temporada, lo que ha llevado a los blancos a perder nueve puntos que le colocarían en la segunda posición del Grupo II de Segunda División B.

Los primeros errores graves llegaron en la jornada 8. El equipo dirigido por Santiago Solari visitaba el Salto del Caballo para enfrentarse al Toledo, un estadio complicado donde los madridistas se medían a un rival directo. El partido finalizó con 1-0 favorable para la escuadra dirigida por Onésimo Sánchez, aunque posiblemente el resultado hubiese sido otro si el árbitro hubiese señalado los dos claros penaltis que sufrieron Mario y Campuzano.

En la jornada 16 el perjuicio fue mayor y más evidente. En Matapiñonera ante el San Sebastián de los Reyes el Castilla aumentaba su tristeza tras perder por 2-1 frente a un rival inferior, pero si el árbitro y sus líneas hubiesen estado más acertados la historia habría sido muy distinta. Primero, con 1-0 en el luminoso, Lin sufría un evidente penalti que el colegiado interpretaba como un piscinazo de un jugador chino que terminó viendo la amarilla. Después, un gol fantasma tras un cabezazo de Mario Hermoso terminaba de desesperar a los blancos. Pero aún quedaba más. En la segunda mitad Odegaard recortaba distancias con un gol de falta directa, aunque a continuación los locales harían el definitivo 2-1. Eso sí, la diana llegó tras el lanzamiento de una falta totalmente inexistente. 

Atropello ante el Navalcarnero

Aunque los más grave llegó el pasado fin de semana. Ante el Navalcarnero el Castilla sufrió un atropello arbitral que por desgracia no es nuevo. El colegiado Pedro Sureda Cuenca se encargó de lastrar mucho a los blancos dejándoles con nueve jugadores. La primera roja llegó al final del primer acto, con 1-0 en el marcador para los madridistas. Aleix Febas era expulsado por chocar con un rival. En la segunda mitad Sureda Cuenca no utilizó el mismo criterio cuando un jugador del Navalcarnero se llevó por delante a Carlos Abad.

Además, Cobo también se fue a la ducha antes de tiempo tras ver dos amarillas. La segunda se puede mostrar, pero la primera es un fallo inexplicable. El cordobés hizo una mano totalmente involuntaria que el mallorquín, reincidente con el Castilla, no dudó en castigar con tarjeta amarilla. Después, con el filial sufriendo, los rojiblancos empataría en de libre directo. Pero es que, como en San Sebastián, la falta sólo la vio el balear. 

Nueve puntos que lastran seriamente las aspiraciones del segundo equipo blanco. En el vestuario hay una sensación de que los árbitros tiene un doble rasero con ellos incomprensible. Un ejemplo perfecto se vio ante el Leioa, cuando el conjunto vasco debió ver dos rojas en la primera parte tras dos entradas sobre Lienhart y Febas. Una de las acciones no fue castigada ni con amarilla.