Barcelona-Atlético: el partido que marca el final de la Liga

El tren de la Liga se detiene esta tarde en el Camp Nou con sólo tres pasajeros a bordo. Si abandona la estación con un triunfo o una victoria del Barcelona ya no continuarán viaje ni Madrid ni Atlético y las ocho jornadas finales serán sólo un trámite. Simeone y sus jugadores constituyen el último reducto capaz de darle algo de vida al Campeonato, pero lo cierto es que aunque el Cholo ganara el primer partido de su carrera en territorio azulgrana la distancia seguiría siendo abismal con respecto al líder, que no sufre una derrota en su estadio ante los colchoneros desde hace 17 años, en la temporada 2005-06, con Pepe Murcia en el banquillo madrileño.

Es tanta la ventaja que lleva el Barcelona que, aún perdiendo esta tarde, y tras la victoria de ayer del Real Madrid ante el Celta, podría permitirse sufrir dos derrotas y un empate en los ocho partidos que quedan sin que se alterara su posición en la clasificación. Y eso, por supuesto, contando con que Atlético y Madrid ganen todos sus encuentros. Estaríamos no sólo ante la mayor remontada de la historia de la Liga sino, seguramente, ante la de cualquier competición de cualquier país.

Pese a todo el Atlético quiere intentarlo porque le avala el estado de forma espectacular con el que llega al partido, y que ha provocado que el presidente Enrique Cerezo metiera esta semana a su equipo en la lucha por la Liga en unas declaraciones más fruto del fanatismo que de la realidad, aunque ya se encargó ayer Simeone en la rueda de prensa previa de bajarle a la tierra. El argentino quiere quitarse la espina del Camp Nou que tiene clavada desde que llegó a España como jugador del Sevilla tras el verano de 1992, y de la que no ha podido desprenderse en ninguna de las once temporadas que lleva sentado en el banquillo rojiblanco. Es tal el gafe de Simeone en este estadio que una sanción le apartó como jugador del decisivo 1-3 con el que el Atlético de Antic apuntaló el título de Liga en la temporada 95-96.

El Barcelona llega al partido tras dos empates a cero ante Girona y Getafe y con la humillación sufrida ante el Real Madrid en la vuelta de las semifinales de Copa. El equipo empieza a ofrecer dudas, pero por ahora le sostiene su extraordinaria firmeza defensiva, plasmada en la estratosférica marca de nueve goles encajados por Ter Stegen en 29 jornadas de Campeonato. De hecho, si el portero alemán no llega hoy a las dobles cifras el título ya estará garantizado.

Dembélé, verdugo del Atlético en el partido de la primera vuelta en el Metropolitano, no será de la partida. En cambio vuelven Pedri y De Jong, a los que el equipo ha echado mucho de menos, y que ayer entrenaron con normalidad. Simeone, por su parte, no podrá contar con Llorente, sancionado, y tampoco se producirá el regreso de Memphis Depay al Camp Nou porque al holandés le quedan aún varios días para volver a los terrenos de juego. Sí que estarán en el césped Griezmann, que aparece ante la que fue su afición convertido por fin en el jugador que esperaba haber fichado el Barcelona, y Carrasco, por el que Laporta consiguió una opción de compra de 15 millones que ahora pretende resolver con un intercambio de jugadores.

Pita Sánchez Martínez, que despierta sentimientos encontrados en ambos bandos. Al Barça le ha dirigido en dos de sus últimos derbis y los perdió ante el Real Madrid, mientras que el Atlético le sufrió en Almería y en Cádiz y no pudo ganar ninguno de esos partidos. Para culminar el espectáculo en el VAR estará Ignacio Iglesias Villanueva,  autor de uno de los errores más groseros de la Liga desde la sala VOR. El Atlético igualó el pasado domingo ante el Almería la racha más prolongada de su historia sin un solo penalti a favor, 32 jornadas consecutiva. Hoy puede batirla en el Camp Nou.