El Barça llega tarde a la Liga (0-5)

El Barcelona llegó tarde a la lucha por la Liga. La mejor versión del conjunto azulgrana, esa que se trató de convertir en constante por un brote verde ante el Villarreal, floreció ante el Alavés en la última jornada, ya con el Real Madrid como campeón matemático y el polvorín formado en Can Barça. La presión abandonó a los culés, que se vieron favorecidos por una versión mágica de Leo Messi, que asegura el pichichi salvo milagro de Benzema, líder de un partido que debe marcar el camino para la Champions del Barça.

Sin prácticamente nada en juego, Quique Setién optó por un once lógico teniendo en cuenta el rendimiento de las piezas alineadas. Jugadores como Ter Stegen o Piqué, hartos de apagar incendios en defensa y de sucumbir ante la fragilidad del sistema, recibían merecido descanso para dar paso a Neto y Ronald Araujo. El uruguayo no fue el único canterano del once, ya que Setién también alineó de inicio a Riqui Puig y Ansu Fati, sobre los que habrá que profundizar no sin antes recalcar la priorización del entrenador del primer equipo sobre el posible ascenso del Barça B a segunda.

Volviendo a Riqui y Ansu y dejando de lado su juventud o catalogación como canteranos, lo cierto es que ahora mismo y con el Barça en proceso de reconstrucción, deben ser titulares casi en cada partido. Son descarados, derrochan ganas, tienen piernas y talento… pero sobre todo, son lo que necesita Messi en el terreno de juego. El dinamismo de Puig y los movimientos verticales de Fati complementan a la perfección al ’10’, que asistió al delantero en el 0-1 y se sirvió de una dejada de Riqui para el segundo. Ya desencadenado, Leo frotó la lámpara antes del descanso para hilar una trenzada que acababa con el 0-3 de Luis Suárez.

Respecto al Alavés, el sufrimiento post confinamiento del equipo les dejó con una relajación extrema después de lograr un objetivo que vieron peligrar a riesgo de rozar el rídiculo. Las vacaciones, merecidas después de todo lo vivido, llegaron con la última jornada aún en juego, algo que sufrió en demasía Roberto, los palos –tres en la primera parte antes del 0-1– y aprovechó el Barça para pasearse sin rival por Mendizorroza.

El regreso del descanso devolvió al Alavés al partido, al menos en términos de caudal ofensivo que, eso sí, no vino acompañado de acierto. Pere Pons tuvo una ocasión clarísima para sumar al marcador, mientras el Barça comenzaba a sufrir y lo hacía también en el capítulo de lesiones, con Lenglet sustituido con molestias físicas a semanas de jugárselo todo ante el Nápoles.

El pichichi de Messi, premio de consolación

Entró Semedo y se colocó como central de circunstancias Arturo Vidal, el chico para todo de Setién y al que un porcentaje de aficionados del Barça se quieren cargar por aquello del estilo. Nelson, por su parte y aliviado de las labores de central para las que también estaba inédito, se resarció con el 0-4 después de una nueva jugada destacada del otro MVP del partido con permiso de Messi, Riqui Puig. 

La paliza del Barça llegaba a destiempo, pero la actitud culé sirvió para responder mínimamente a la debacle ante Osasuna y, aunque aún en menor medida, también al batacazo en la lucha por la Liga. Messi anotó el quinto para finiquitar el pichichi y hacer los deberes para hacerse con un nuevo título de máximo goleador, a la espera de que los minutos pasaran y poner punto y final a lo que ha sido una Liga de pesadilla para el Barcelona de Valverde, Messi y Setién.