Pesadilla en el Metropolitano (1-1)

Atlético
Griezmann se lamenta. (AFP)
Miguel Zorío

El Atlético ha dicho prácticamente adiós a sus opciones en la Champions tras empatar a un gol contra el Qarabag en el Wanda Metropolitano. Era una final y fallaron. Este traspiés, otro más, sumado al triunfo de la Roma ante el Chelsea, les deja medio muertos en esta fase de grupos. De nuevo ofrecieron una pobre imagen de cara a puerta y no fueron capaces de superar al cuadro azerí y siguen sin conocer la victoria en Europa.

Salieron a por todas desde el minuto uno, conscientes de la importancia que tenía el partido. Simeone repitió el once que tan buenas sensaciones dejó ante el Villarreal, a pesar del empate. En el primer minuto llegó una mala noticia al Wanda Metropolitano, la Roma se adelantaba en el Olímpico. Griezmann tuvo la primera a los tres minutos, pero el meta detuvo su zapatazo desde la frontal con la derecha cuando todo el estadio cantaba gol.

Volvía a ser ese Atleti peleón, que presionaba la salida del balón del rival, intenso. En los primeros instantes del choque, comandados por Griezmann y Correa en ataque, metieron al Qarabag en su área. Pero dos perdidas de Thomas cerca de su portería dieron a paso a dos acciones peligrosas del conjunto azerí. Por fortuna se quedó en un susto y recuperaron el dominio.

Las ocasiones llegaban pero la ejecución no era buena. La falta de gol era evidente, creaban peligro pero no lo materializaban. Y el Qarabag no daba su brazo a torcer. Insistían a la contra, donde pusieron en aprietos al cuadro rojiblanco. Hasta que llegó el primer tanto del partido, obra del cuadro azerí. En el minuto 40, a la salida del córner, Míchel adelantaba a los visitantes.

Saltan las alarmas

Otra vez a balón parado, otra vez de centro lateral, lo que tantos problemas está generando al Atleti esta temporada. Los locales no estaban acertados y eso les costó el gol. Buscaron empatar antes del descanso pero se toparon con un equipo bien organizado y cerrado que no les dio opciones y se marcharon por debajo a los vestuarios.

Habían empezado muy bien el choque con la ocasión de Griezmann, pero poco a poco han ido perdiendo fuelle y dejaron una imagen muy pobre en el primer tiempo. El gol del Qarabag hacía saltar todas las alarmas en el Metropolitano. Peor no podían ir las cosas, la Roma ganaba 2-0 al Chelsea y ellos perdían en casa contra el rival más asequible del grupo. Las cosas no estaban saliendo y la permanencia en Champions se ponía muy cuesta arriba, por no decir imposible.

Thomas, el salvador

Gameiro tuvo el empate al poco de empezar la segunda mitad. Recogió un rechace tras disparo de Correa pero, sólo con el portero vendido, la mandó fuera. Era la mejor ocasión del Atleti en todo el partido. Todo seguía igual, no terminaba de afinar la puntería y eso les estaba pasando factura. El partido estuvo muy cerca de coger peor pinta todavía si no llega a ser por Savic. Salvó el segundo del Qarabag cuando parecía cantado tras el pase de la muerte. Metió la bota lo justo para sacarla y evitar un disgusto mayor.

Del posible 0-2 se pasó al 1-1. Thomas se sacó un zapatazo desde la frontal para igualar el choque con un golazo. Rugía el coliseo romano. Ese tanto daba esperanzas de seguir con vida en la Liga de Campeones. Y poco después los visitantes se quedaron con 10 por expulsión de Pedro Henrique por saltar con los tacos y golpear a Godín en la cara.

Gabi y Godín tiran del carro

El gol y la expulsión cambiaron los planes de un Simeone que iba a sacar a Gaitán por Correa. Pero tras el tanto optó por sacar al argentino por el goleador. A raíz de la roja, el Atlético cogió las riendas del encuentro y empezó a avasallar la meta de Sehic en busca del segundo. El Qarabag lo salvó en varias ocasiones, una de ellas en la misma línea.

Tuvieron unos minutos muy buenos tras quedarse con uno más. Gabi se echó el equipo a la espalda en los instantes finales. Incluso Godín estaba como un delantero más. El empate no valía y el Wanda apretaba para ayudar a su equipo. Pero el problema seguía siendo el de siempre, la falta de gol. Además, a falta de dos minutos, Savic vio la segunda amarilla.

El tiempo pasaba, el Qarabag estaba encerrado en su área, pero el gol no llegaba y la permanencia en Champions se alejaba cada vez más. Ni contra 10 ni con 10. No hubo manera de volver a perforar la meta azerí y el empate a uno fue el resultado final, en una noche terroríficamente mala. Una auténtica pesadilla que les deja casi sin opciones de estar en octavos.

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