El Atlético no se plantea un futuro sin Simeone… si así lo quiere el Cholo
El club mantiene su máxima confianza en el entrenador y le dará carta blanca para reestructurar la plantilla
Luis Suárez está cantado que no seguirá y se plantea la venta de Joao para financiar los fichajes
La gran duda es Oblak, que acaba contrato en 2023 y cuya temporada está siendo horrible. Habrá cambios en todas las líneas, pero sobre todo en la defensa, que será remodelada por completo
El Atlético no vuelve del lado oscuro
El Atlético de Madrid mantiene una confianza «inquebrantable» en el Cholo Simeone y sólo la voluntad del entrenador argentino puede interrumpir una relación que comenzó hace justo diez años. El club le dará carta blanca para reestructurar la plantilla la próxima temporada y armar un nuevo proyecto en el que no estarán Luis Suárez, probablemente tampoco Joao, cuya venta debe servir para financiar nuevos fichajes, y queda la duda de saber qué pasa con Oblak, que acaba contrato en 2023 y cuyo rendimiento en este curso ha sido horrible.
El club confía en la continuidad de Simeone, pero no sería la primera vez que el técnico ha mostrado dudas al respecto. Tras la final de Champions perdida en Milán en 2016 ya estuvo a punto de abandonar la plantilla y de hecho redujo la duración de su contrato. Ahora no parece que la situación sea la misma y además el pasado mes de julio renovó hasta 2024, pero la situación de zozobra es tal que no se puede descartar que decida hacer un punto y aparte en su trayectoria en el banquillo rojiblanco.
En cualquier caso, siga o no Simeone, lo que está claro es que este verano va a haber una reestructuración muy profunda en la plantilla que pasará por la no renovación del uruguayo Luis Suárez, que probablemente se marchará al fútbol norteamericano, y el fichaje de un nuevo delantero centro de referencia. El serbio Vlahovic es el que más gusta, y para financiar su fichaje no parece que vaya a haber otro remedio que traspasar a Joao.
Tras tres temporadas completas en el Atlético el menino no sólo no ha despegado, sino que está a años luz de justificar su fichaje. Se da por hecho que no se va a poder recuperar la inversión efectuada en 2019, cuando se pagaron 127,2 millones por él al Benfica, pero sí que se espera sacar suficiente dinero como para afrontar varias operaciones importantes.
Los fijos y las dudas
Griezmann, Correa, Carrasco y Cunha tienen la continuidad garantizada y la idea del club es renovar a Lemar, que acaba en 2023. Faltaría otro 9, el titular, y quizás un extremo. Con eso se completaría una delantera que se considera que es la línea que hay que tocar menos la próxima temporada.
En el centro del campo también habrá novedades. Se irá Herrera, que acaba contrato, y en su lugar se busca un medio centro jerárquico. Koke seguirá seguro porque se le considera un emblema del club, pero si llegan ofertas interesantes por De Paul y Kondogbia se atenderán. Tampoco hay que descartar el regreso de Saúl, que le proporciona al equipo unas características de polivalencia que este año se han echado de menos.
Una nueva defensa
La defensa será, con mucha diferencia, la línea que más cambios experimentará. Llorente competirá por el lateral derecho con otro jugador que se fichará este verano, Felipe regresará a Brasil, la continuidad de Hermoso está en el aire y el único que seguirá con toda seguridad es el montenegrino Savic. Incluso el futuro de Giménez es discutible y desde luego no se volverá a rechazar una oferta por él como sucedió hace dos años, cuando el City de Guardiola llegó a poner 90 millones sobre la mesa. Vendrán dos centrales y también otro lateral izquierdo porque Lodi sigue sin estar a la altura de lo esperado.
Queda por resolver por último el futuro de la portería. Oblak era hace justo un año intocable. Ahora, sin embargo, ya existen dudas y son varias las voces en el club que discuten si vale la pena hipotecar tanto dinero en un portero al que, además, hay que renovar sí o sí o venderlo. La posibilidad de sacar por él un gran traspaso este verano es una opción que se está estudiando con más detenimiento de lo que parece.
Estamos pues ante el inicio de una verdadera revolución, pero antes quedan por delante todavía cuatro meses de competición que se harán muy largos. Nadie tiene esperanzas en la Champions más allá de una hipotética clasificación para cuartos de final, pero lo que es innegociable es acabar la Liga entre los cuatro primeros. Ese es ahora el único objetivo realista que se marca el Atlético de Madrid para despedir un curso que debía ser histórico, pero que ha acabado convirtiéndose en una pesadilla.