Asier Martínez logra un histórico bronce para España en los 110 vallas en el Mundial de atletismo

Asier Martínez, bronce, junto a los estadounidenses Grant Holloway, oro, y Trey Cunningham, plata (Foto: AFP).
Asier Martínez, bronce, junto a los estadounidenses Grant Holloway, oro, y Trey Cunningham, plata (Foto: AFP).
Rafael Gallego

El atleta navarro Asier Martínez ha hecho historia en esta pasada madrugada al lograr una histórica medalla de bronce en los 110 metros vallas en el Mundial de atletismo que esta semana se celebra en la localidad estadounidense de Eugene. El atleta pamplonés completó la carrera de su vida con marca personal (13.17 segundos), que le permitió subirse al podio junto a dos atletas estadounidenses ,poniéndole una histórica rúbrica a una más que interesante noche para el atletismo español, apenas pocos minutos después de que los tres representantes patrios lograsen la clasificación para la final del 1.500: algo nunca logrado desde Osaka 2007.

Asier Martínez, joven atleta de apenas 22 años, llevaba ya un par de años asomándose en la élite mundial de una prueba tan dura y técnica como los 110 metros vallas. No obstante, fue sexto en los Juegos Olímpicos del pasado año 2021 en Tokio. Pero, en cierto modo, había volado algo bajo el radar, en tanto que hablamos de una prueba en la que el oropel en el palmarés patrio había venido siendo aportado en los últimos años por el brillante atleta nacionalizado Orlando Ortega. Pero la proyección y los resultados estaban ahí, faltaba el más difícil paso, superar la propia naturaleza.

El animal competitivo que Asier Martínez lleva dentro ha explotado a lo grande en el Mundial de Eugene, en Oregón, al noroeste de Estados Unidos. Todo lo que podía salir bien, salió bien. Esa frase, que tan fácil resulta de escribir, tiene una mucho más difícil traslación a la realidad. El atleta español cumplió con su parte, que no es poco ni mucho menos: hacer la carrera más rápida de su vida en el momento justo, en la primera final mundialística de su vida. Se diría que faltaba la segunda parte, que la suerte acompañase. Y ocurrió: pero, como casi siempre ocurre, la suerte hay que buscarla.

Y Martínez la buscó. La final ya vino condicionada cuando, durante el calentamiento, el jamaicano Parchment se lesionó al saltar más una valla, baja para la final. No era un rival cualquiera, era el actual medalla de oro el pasado año en Tokio. Con siete corredores se dio la salida y Martínez reaccionó de forma espectacular, pero la carrera quedó interrumpida: el gran favorito, el estadounidense Devon Allen fue sancionado por una salida falsa. Reaccionó en 0.99 segundos, una centésima por encima de lo legalmente permitido. Las normas establecen que un ser humano no puede reaccionar por debajo de una décima de segundo: cabe preguntarse si este límite no se está quedando anticuado ante la perfección técnica en el desarrollo atlético. Desde luego, la repetición de la salida a cámara lenta no revelaba que Allen hubiera salido antes en absoluto que los rivales. Pero, justas o no, actualizadas o no, las reglas son las mismas para todos los competidores.

De modo que tocaba repetir salida. Doble dificultad para el español, que no destaca por su explosividad, más por su aceleración según avanzan los metros. Su calle, la 8, le alejaba de los favoritos, de las referencias, aumentando la dificultad de la improbable misión.

Y Martínez volvió a salir bien pero, eso sí, no tan rápido como en la primera tentativa. Tocaba remontar, perspectiva que parecía complicarse al derribar la primera valla de la carrera. Pero ya no es que Martínez sea un atleta fiable, es que se superó a sí mismo, se encendió y completó una remontada que ya es historia del atletismo español. Superó al atleta de Barbados, al atleta de Gran Bretaña, aguantó la remontada del polaco Czykier -los polacos son célebres por su habilidad remontando en atletismo, en cualquier distancia-, y llegó tercero a la meta. Primer europeo, sólo por detrás de los dos estadounidenses locales: el oro para Grant Holloway, junto al eliminado Allen favorito al oro, y la plata para Trey Cunningham.

Asier Martínez ya es uno de los deportistas españoles más destacados del momento y, a sus 22 años, tiene ante sí un futuro esplendoroso. Ya es la gran estrella de la velocidad española, y ha abierto la lata para un atletismo que ha protagonizado su primera gran noche en el Mundial de atletismo de Eugene. La próxima gran cita, esta madrugada de lunes a martes a las 4:30 horas, el 1.500 femenino con la soriana Marta Pérez y, al día siguiente, el masculino con tres españoles en liza, el 25% de la participación.

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