Adiós a Maradona, el futbolista que fue Dios

Así fueron las últimas horas de Maradona: se levantó, paseó, volvió a acostarse y se fue en paz

Muere Maradona, el futbolista que fue Dios

Adiós a Maradona: reacciones y últimas noticias de la capilla ardiente, en directo

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Así fueron las últimas horas de Maradona.

Tranquilo, en paz y en su casa. Así nos dejó Diego Armando Maradona un 25 de noviembre de 2020 a los 60 años de edad. Se nos fue demasiado pronto, pero no pudo zafar a la muerte en su último regate. El Pelusa murió en su casa de Tigre, la residencia a la que había llegado después de recibir el alta tras su operación de un coágulo en la cabeza.

El diario argentino Clarín publica este jueves cómo fueron los últimos días de Diego Armando Maradona, preso de la depresión que le producía no poder volver a entrenar, estar lejos del césped, de la pelota que tanto amaba. En sus últimos días de vida Maradona sufrió varias recaídas de salud y un estado anímico con picos depresivos altos, una situación clínica que obligó a su equipo médico a posponer sine die la idea de que Diego volviera a los terrenos de juego para seguir dirigiendo a Gimnasia y Esgrima de La Plata, su último equipo.

El diagnóstico médico no varió en ningún momento desde que Maradona recibió el alta médica en la Clínica Olivos tras someterse a neurocirugía para  eliminar el hematoma subdural en la cabeza. Se trataba de que Diego recibiera un tratamiento médico intensivo para conseguir estabilizar su estado anímico y físico deteriorado por su adicción al alcohol y a los psicofármacos. Era una recuperación lenta y larga pero Maradona quería vivir cada día con la misma intensidad que marcó toda su vida.

Maradona pasó sus últimos días en su nuevo hogar de Tigre acompañado de una enfermera interna que estaba a su lado las 24 horas, según desvela Clarín, realizaba ejercicios de motricidad a las órdenes de su kinesiólogo, estaba rodeado por su círculo íntimo y recibía la visita de sus hijos, principalmente Gianinna y Jana. Tenía prohibido el consumo de alcohol para que no interactuara con el cóctel de medicamentos que estaba tomando.

En una segunda fase de su tratamiento, organizado por su médico personal, Leopoldo Luque, se buscaba que Diego Armando Maradona recuperar la ilusión por vivir, encontrara una nueva motivación, un motor para activarse y salir de la depresión que le ahogaba. . «Nada motiva a Diego», contaban los amigos más íntimos a Maradona en la víspera de su cumpleaños 60.

Para motivar a Maradona sólo había una solución: devolverle al césped. La pelota podía ser su única cura, pero esa vuelta a los campos chocaba de frente con su situación médica, que desaconsejaba que volviera a entrenar… al menos hasta estar curado. Cada decisión se consensuaba con Djalma y Giannina. Pero en los últimos días Diego empeoró, estaba cada vez más desanimado, todo le costaba. Y al final llegó el desenlace.

Así fueron las últimas horas de Diego

Maradona se levantó pasadas las diez de la mañana, antes de lo que era su hora normal antes de su última recaída de salud. No era Diego un hombre de madrugones. El Pelusa desayunó algo, dio un pequeño paseo y volvió a tumbarse. Su íntimo amigo Maxi, su abogado, su sobrino Jonny, la enfermera y la asistenta están en la casa de Tigre.

Dos horas después, la enfermera de Swiss Médica y el psicólogo van a dar su medicación a Maradona, que no reacciona. No se despierta. El diario Clarín publica la primera noticia de su mal estado.

Llegan las ambulancias pero Maradona no reacciona. Aunque Diego dispuso de atención médica inmediata, no se podía hacer otra cosa que certificar su muerte. Dalma, Gianinna y Jana llegan desde Buenos Aires. También cinco ambulancias. Una hora para intentar reanimarle. Era imposible. El edema pulmonar le provoca un paro cardiaco y Diego se nos va. El resto ya es historia.

Descanse en paz, Diego Armando Maradona.

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