Alcaraz se rearma para arrollar a Griekspoor y España se jugará en el dobles su futuro en la Davis
El murciano, tras una primera manga igualada, barre al tenista neerlandés en la segunda
Así hemos vivido el partido de Alcaraz
Rafa Nadal masticaba sus últimas declaraciones sobre la derrota ante Botic Van de Zandschulp cuando un periodista susurra «ha sido break». A Alcaraz ya le había dado tiempo a recuperar su servicio inmediatamente después de haberlo perdido. Una vez disipada la angustia generada por ir un break abajo en particular y haber perdido el primer punto de la eliminatoria en general, Carlitos se soltó y arrolló a Griekspoor (7-6, 6-3).
Entró en sintonía con la pista, que fue tan rápida como sus golpes de potentes. Para entonces, Griekspoor ya había comenzado a quebrarse tras haberse presentado de manera imponente en el partido. Entró el neerlandés en barrena con la grada y encalló sobre la pista. Tiró la raqueta contra el suelo, el público, en su gran mayoría español se lo recriminó y él gesticuló con los brazos pidiendo más.
Se lo dio Alcaraz, cuyo correctivo no fue inmisericorde en el tie break de la primera manga. Ni un resquicio le dejó al neerlandés. Muerte súbita en blanco para el murciano, que responde en la pista con el sentir de la grada. «Carlos, Carlos». Le empujan. Al otro de la pista, la roca neerlandesa sufre grietas que se agrandan con la llegada de la segunda manga.
Alcaraz empuja a Griekspoor contra el fondo de la pista. Lo arrolla. Por momentos parece una hoja imbuida dentro del huracán Carlitos, que huele sangre y castiga con la derecha. Disfruta Ferrer desde el banquillo, más relajado que durante el partido de Rafa. Ahora es el tenista neerlandés el que sufre.
Quiebra de nuevo Carlos y lo consolida con su saque. Ni rastro de la tirita nasal que le ayudó a competir en Turín. No queda nada del resfriado, tampoco de aquel tenis sujetado por la enfermedad. Suelta la derecha con violencia y se lleva el dedo a la oreja. Sus tres ‘c’ conviven en armonía. Todo lo contrario sucede al otro lado de la pista.
A Griekspoor la cabeza ya no le da y como consecuencia tampoco el corazón, al que se aferra para tratar de alargar el partido. Pero Carlos lo acaba por la vía rápida. Juego en blanco y partido ganado. Eliminatoria igualada y oxígeno para España, que se jugará su futuro en la Davis en el dobles.
Alcaraz supera a un rival combativo en el inicio y superado en el final, que, eso sí, plantó más batallas que cuando se enfrentaron hace poco menos de dos meses en Pekín. Por aquel entonces, el reloj marcaba 51 minutos cuando Alcaraz ya gozaba de su primera bola de partido y 56 cuando se apuntó el que es su triunfo más rápido de siempre. También se tradujo como su victoria número 200 en el circuito. El de este martes se entiende como el inicio de la remontada sobre Países Bajos.