Un monstruo viene a verme

Goleada sufrida, sí, pero goleada. El Real Madrid se impuso al Alavés en Mendizorroza con un Cristiano Ronaldo que fue un martillo pilón. El luso logró su primer hat-trick de la temporada y lideró la remontada del equipo de Zidane, que había comenzado perdiendo con un gol de Deyverson.

Zidane ha encontrado un equipo. Quizá le hayan ayudado las lesiones de los indiscutibles Ramos, Casemiro y Modric, pero el Real Madrid, partido a partido, va siendo un equipo más reconocible el trasero de Kim Kardashian. Por tercer partido consecutivo, Zizou plantaba sobre el césped un equipo casi calcado. Los mismos que jugaron ante el Betis y el Athletic a excepción del sancionado Carvajal.

Kroos, Kovacic e Isco han arraigado en el centro del campo, mientras que la BBC arriba es más indiscutible que Rajoy en el PP. De salida quería dominar el Real Madrid ante un Alavés mejor plantado que un portero de discoteca. Y en un despiste de los blancos les cayó el primero en contra. Fue una pérdida de Danilo que aprovechó Theo para percutir por la izquierda. Pepe llegó tarde al cruce y después Keylor Navas salió a por uvas. El meta blanco abandonó la portería, pero no llegó a cortar el balón y dejó la pelota a huevo para que Deyverson marcara a placer.

Al Real Madrid le tocaba remar. El gol espoleó al Alavés, que empezó a soltarse y dejó tocado a los blancos. Un tanto bien anuladao a Bale a los 12 minutos fue el primer aviso del equipo de Zidane. Y a los 16 llegó el segundo. Fue en una falta que sacó el galés y a Deyverson le dio por hacer una zamorana. Sánchez Martínez le pilló y al Real Madrid le pitaron un penalti 18 partidos de Liga después. Lo marcó Cristiano Ronaldo y partido nuevo.

Pasado el minuto 20 Pepe se retiraba del campo lesionado y entraba el goleador Nacho en su lugar. El Alavés se soltaba el pelo y en el Real Madrid sólo defendían los cuatro de atrás y un poco Kovacic. El resto habían dimitido de arrimar el hombro. La única forma que tenían los de Zidane de no sufrir era mantener la pelota. Si no quieres defender, tendrás que atacar.

El día de la Bestia

Pero cada pérdida de balón la penalizaba el efusivo Theo con una contra. Su primera media hora fue memorable y caricaturizó a Danilo con la habilidad de Mingote. Y cuando peor lo pasaba el Real Madrid apareció Cristiano. Sí, Cristiano Ronaldo para tapar bocas. Cristiano Ronaldo para volver a dejar en el paro a sus enterradores. Cristiano Ronaldo, que recibió un balón de Benzema, encaró y disparó desde media distancia. Su tiro tocó en Fedal e hizo imposible la estirada de Pacheco. El Real Madrid, no sin sufrimiento ni suspense, encarrilaba el partido en Mendizorroza.

El partido estaba entretenido e indescifrable como un capítulo de Juego de Tronos. Al filo del 40 el colegiado perdonó la expulsión a Torres por un codazo a Isco. No consideró la agresión y resolvió la acción erróneamente con una amarilla. Un último arreón del Real Madrid demostró que el Alavés había llegado al descanso fundido como el queso de un san jacobo.

De salida en la reanudación Keylor Navas arregló su error de la primera mitad con un mano a mano ante Camarasa que sacó con el pecho después de un error primero de Marcelo y después de un desdibujadísimo Varane. El Alavés había vuelto a salir a toda mecha. Reaccionó el Real Madrid volviendo a crecer sobre lo que mejor se le da: la pelota.

Otra vez Keylor volvió a estirarse para atajar un disparo del Alavés en el 54. Si Zidane hubiera tenido a Casemiro, le habría sacado con escayola y todo. Un minuto después probó fortuna Cristiano después de una buena recuperación de Kovacic, pero su disparo se perdió a la izquierda de la meta de Pacheco. El partido era un correcalles o un intercambio de golpes como un debate parlamentario.

Partido sin cerrar

Pasaban los minutos y al Real Madrid le pasaba con el partido lo que al PSOE con su crisis: no acababa de cerrarlo. En el 65 calentaban en la banda Morata, Lucas y Asensio por si las moscas. Precisamente, dos minutos después entraba Morata por un deslucido Benzema. Rondó otra vez el hat-trick Cristiano después de una chilena que se le fue a San Sebastián… de los Reyes.

El partido fue cambiando el vértigo por la calma, aunque el Alavés seguía a un gol de darle un disgusto al Real Madrid. Y entonces llegó el segundo penalti (¡aleluya!) a favor del equipo blanco. Fue por un agarrón clamoroso sobre Cristiano dentro del área, pero esta vez el portugués no supo acertar desde los once metros. Pacheco hizo un paradón y evitó que el equipo blanco cerrara el partido.

Llegábamos a los últimos diez minutos con el duelo totalmente abierto. Pero faltaba el gol de Morata. Fue en un pase largo de Marcelo que Morata aprovechó para esprintar, superar a su par en la carrera y colocar el balón por encima de la media salida de Pacheco. El debate del 9 está más abierto. Cuatro minutos después, ya en el 87, Cristiano sellaba el hat-trick que tanto había buscado tras una jugada coral de todo el equipo.

El Real Madrid acababa goleando en un partido mucho más apretado de lo que refleja el marcador final. Goleada sufrida, trabajada y un punto angustiosa, pero las goleadas, como el liderato, son para el que las trabaja.