El trucazo del papel albal para congelar los frutos secos y que no se te pongan malos
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Los frutos secos son alimentos muy saludables que nunca nos pueden faltar en la despensa. Son ricos en ácidos grasos omega-3 o omega-6, así que cuidan la salud cardiovascular y, además, mejoran la memoria gracias a su alto contenido en potasio. Ahora bien, es importante que sepamos cómo conservar los frutos secos para disfrutar de todas sus propiedades y que no se pongan malos.
El truco para congelar los frutos secos
Una de las mejores formas de conservar los frutos secos durante más tiempo es congelarlos. Podemos congelar tanto los frutos secos sin cáscara como los ya procesados: picados, molidos o en trozos. Es fundamental que lo hagamos lo más frescos posibles, sin esperar hasta la fecha de caducidad. Y es que, cuanto más frescos estén al congelarlos, durarán más tiempo. Esto es algo que se aplica a cualquier tipo de alimento.
Los pasos a seguir son los siguientes:
- En primer lugar, dividimos los frutos secos en porciones. De esta manera, luego podremos sacar del congelador la cantidad exacta que necesitemos y evitaremos el desperdicio de alimentos. Si, por ejemplo, tomamos un puñado de nueces a media mañana, esta es la porción en la que tenemos que dividirlas.
- Si queremos congelar los frutos secos enteros, simplemente tenemos que repartirlos de manera uniforme en un plato y congelarlos así durante una hora para que no se peguen unos con otros. Pasado este tiempo, envolvemos cada porción en papel albal, y guardamos todas las porciones en una bolsa de congelación.
- De esta manera tan sencilla, podemos sacar fácilmente la cantidad que necesitemos y volver a cerrarla.
A la hora de descongelar los frutos secos, lo que tenemos que hacer es sacarlos del congelador y ponerlos en el frigorífico unas horas antes. Siguiendo con el ejemplo de las nueces a media mañana, podemos sacar una de la porciones del congelador la noche anterior y pasarla al frigorífico. A la mañana, nada más levantarnos, sacamos las nueces a temperatura ambiente, y a media mañana estarán listas para comerlas.
Los frutos secos son alimentos muy duraderos y fáciles de mantener. Pero, si queremos conservar su textura crujiente y sabor como el primer día, lo mejor es utilizar botes herméticos y mantenerlos alejados de la luz drecta del sol.
Debemos colocarlos en un lugar seco y, en verano, lo más recomendable es conservarlos en la nevera. Para que se conserven por más tiempo, es tan sencillo como meter un trozo de cáscara de limón o de naranja, porque actúa como un conservante natural.
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