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Sólo necesitas una olla: el truco que usaba mi abuela para regar las plantas en vacaciones

Truco para regar las plantas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Durante las vacaciones de verano, una de las principales preocupaciones en muchos hogares es cómo mantener las plantas en buen estado sin depender de sistemas automáticos o de la ayuda de terceros. A lo largo del tiempo, se han creado múltiples métodos caseros para resolver este problema, algunos más eficientes que otros. Sin embargo, existe un truco sencillo y práctico que se utiliza desde hace décadas, especialmente en zonas rurales, para regar la plantas: un sistema de riego que sólo requiere una olla y algo de agua, y que permite que se mantengan hidratadas durante varios días, incluso semanas.

Este método, basado en principios físicos como la capilaridad y el equilibrio de humedad, ofrece una solución accesible, económica y efectiva para evitar que las plantas sufran durante tu ausencia. No necesitas dispositivos eléctricos, temporizadores ni instalaciones complicadas; con materiales básicos y un poco de organización, es posible crear un sistema que proporcione agua de forma constante y gradual.

El mejor truco para regar las plantas durante las vacaciones

El primer paso para preparar este sistema consiste en reunir los materiales necesarios:

  • Olla de barro o recipiente poroso: la olla ideal es aquella fabricada en barro o cerámica sin esmaltar, dado que este material permite una liberación lenta y controlada del agua a través de sus paredes. Si no se dispone de una olla de barro, cualquier recipiente que permita cierta porosidad puede funcionar.
  • Palillos o varillas de madera: estos actuarán como conductos que transportan el agua desde el recipiente hasta el sustrato de las plantas. Lo ideal es que sean de madera, ya que este material favorece la capilaridad del agua.
  • Agua: hay que llenar la olla con agua a temperatura ambiente para evitar daños en las raíces por cambios térmicos bruscos.
  • Soporte o base para la olla: para mantener la olla estable y a la altura adecuada respecto a las macetas, se puede utilizar cualquier objeto resistente, como ladrillos, bloques de madera o mesas auxiliares.

La instalación de este método no requiere habilidades especiales y se puede hacer en pocos minutos siguiendo estos pasos básicos:

  1. Primero, coloca la olla justo al lado de las macetas que quieres regar, asegurándote de que la distancia entre la olla y la tierra no supere los 20 centímetros. Así te aseguras de que el agua llegue bien hasta las raíces.
  2. Luego, introduce entre tres y cinco varillas de madera en la olla, de manera que un extremo quede sumergido en el agua y el otro toque directamente la tierra dentro de la maceta. Esto crea un canal por donde el agua puede viajar.
  3. Asegúrate de que las varillas penetren al menos dos centímetros en el sustrato. Así el agua llegará directamente a las raíces y evitarás que se evapore en la superficie.
  4. Finalmente, para que las varillas no se muevan ni salgan del agua, puedes agruparlas en pequeños paquetes de dos o tres y sujetarlas con un poco de cinta adhesiva. De esta manera el sistema se mantendrá estable y funcionará correctamente mientras no estés.

Este truco para regar las plantas se basa en el fenómeno de la capilaridad, que permite que el agua ascienda a través de espacios estrechos dentro de las varillas de madera gracias a la tensión superficial. Cuando la tierra de la maceta comienza a secarse, genera una diferencia en la presión del agua que atrae el líquido desde la olla a través de las varillas hacia las raíces.

Al mismo tiempo, la planta regula su consumo de agua, tomando sólo lo que necesita. Así, el sistema se autorregula de forma natural, evitando el encharcamiento o el secado excesivo. La porosidad de la olla de barro también contribuye a mantener un equilibrio constante, ya que permite una evaporación gradual que complementa la acción de las varillas.

Adaptación según el tipo de planta

No todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua, por lo que es importante ajustar el sistema de riego según las características particulares de cada especie.

Por ejemplo, las plantas suculentas y los cactus son conocidas por su capacidad para almacenar agua y su preferencia por un riego moderado y poco frecuente. Para estas plantas, lo ideal es utilizar pocas varillas, generalmente una o dos, y colocar la olla a una distancia mayor, entre 15 y 20 centímetros.

En cambio, las plantas tropicales y aquellas de interior que requieren un ambiente más húmedo necesitan un suministro constante de agua. Para ellas, se recomienda aumentar el número de varillas, usando hasta cinco o seis por maceta, y colocar la olla más cerca para que el agua fluya de manera continua y suficiente.

Por último, cuando el sustrato retiene mucha agua, como en las mezclas con turba o fibra de coco, es necesario usar varillas más gruesas o incluso agrupar dos juntas para acelerar la absorción del líquido. Esto es especialmente útil para plantas grandes o aquellas con hojas extensas que pierden más humedad por transpiración.

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